NANO AMENEDO
– ¿Recuerda el momento particular en que decidió ser actor, y por qué?
– Siempre sentí una tendencia hacia lo artístico. Recuerdo tres momentos clave: el primero, cantando un solo en misa conmoví por primera vez a un público, fue mi primer éxito. El segundo ocurrió otro año tras una representación de colegio, cuando mi profesora Concha Neira dijo en alto que yo tenía talento para el teatro. Y finalmente, cuando decidí hacer realidad mi sueño fue de adolescente al ver por televisión El club de los poetas muertos.
– ¿Quién fue el primer amigo/a al que se lo contó, y qué le dijo?
– Desde muy pequeño siempre lo hablé con mis primos. Aseguraba que iba a ser actor y nunca me contradijeron. De hecho, tratábamos de organizar representaciones de Cantando bajo la lluvia en el jardín.
– Si el teléfono dejara de sonar, y ojalá que no, ¿a qué cree que se dedicaría?
– A llamar yo, a autogestionar mis propios montajes con mis amigos, a organizar conciertos... Así es como empecé y ahora mismo tengo entre manos un montaje de esas características.
– ¿En qué momento de qué rodaje pensó: "¡Madre mía, en qué lío me he metido!"?
– Yo soy bastante valiente en los rodajes y cuando aún no tenía carnet, decidí conducir, casi sin saber, por medio de un camino de tierra en un bosque. La cámara se salvó de milagro y mis compañeros que iban en el coche gritaban del miedo. Ocurrió rodando Café solo o con ellas.
– ¿Cuál cree que es el principal problema del cine español, si es que ve alguno?
– No soy ningún experto, pero supongo que la financiación.
– ¿Se le ocurre alguna solución imaginativa para paliarlo?
– Obligar por ley a los directivos de las cajas a utilizar sus indemnizaciones millonarias en el cine.
– ¿A quién le devolvería antes la llamada, a Spielberg o a Woody Allen?
– No tardaría en responder a ninguno de los dos.
– ¿Cuál fue el primer actor o actriz que le conmovió, que le dejó al borde mismo de la lágrima?
– Con cuatro años mi familia me llevó al cine a ver E.T. Cuando el extraterrestre enferma, cuentan que yo grité llorando: "¡Pobre E.T.!", con la consecuente carcajada del público. Así que el primero no fue un actor, fue un muñeco. Y españolamente, me impresionaron Paco Rabal y Alfredo Landa en Los santos inocentes, o Victoria Abril en El Lute.
– ¿Qué frase de película le gusta aplicar como 'leit motiv' personal?
– "Carpe diem". La descubrí en la película de Peter Weir.
– ¿Qué largometraje ha visto tantas veces que se sabe los diálogos completos de alguna escena?
– Mujeres al borde de un ataque de nervios, de Almodóvar.
– ¿Le gusta volver a verse en los filmes o series en los que ha participado?
– Es raro. Algunas solo las he visto un par de veces, en el estreno y otra vez más. Otras películas, por diferentes circunstancias, sí que he vuelto a verlas por secuencias, sobre todo para aprender.
– ¿Cuál fue la última película que no fue capaz de ver hasta el final? (si es que ha habido alguna).
– Me he salido del cine dos veces. De Donde viven los monstruos por una situación personal y de El patio de mi cárcel porque me llamó Campanella para ofrecerme el papel de El secreto de sus ojos. Y aún tengo pendiente terminar las dos.
– ¿Cuál es el primer consejo que le ha dado alguien cercano –ya sea del ámbito profesional o personal– para ejercer mejor el oficio de la interpretación?
– "No sufras".
– ¿Intuitivo o metódico? ¿En qué porcentaje?
– Cada proyecto pide empezar de cero. Lo ideal es mitad y mitad. El método de trabajo para cada personaje surge de la intuición, y la intuición surge del trabajo previo.
– ¿Qué canción o canciones escogería para ponerle banda sonora al momento actual de su vida?
– Yo soy muy ecléctico. Ahora le doy mucho a Artesano, de Miguel Poveda, a los mantras de Snatam Kaur y al pop de M83.
–¿Qué le gustaría estar haciendo dentro de cinco minutos?
– Reírme de felicidad.
– ¿Y dentro de cinco años?
– Reírme de felicidad en la naturaleza con la compañía deseada en ese momento. Lo apunto en mi agenda para 2017.
– ¿En qué otra época de la historia le gustaría haber nacido?
– Me gusta vivir ahora. Qué suerte ser actor para revivir otras épocas y otras circunstancias.
– Díganos qué le parece más reseñable de AISGE (si es que hay algo) y en qué aspecto le gustaría que mejorásemos (si es que hay alguno).
– Lo más reseñable es la buena gestión de la recaudación y reparto; y repasando la web de aisge.es, me gustaría que fuera más visible el trabajo de la Fundación que me parece excelente.