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¡SELFI!  UN CUESTIONARIO PARA NO CORTARSE UN PELO

 
Javier Hernández
 
La infancia desde una mecedora
y un sobresalto en la frutería
 
 
• Nada más levantarme... me pongo la primera ropa que encuentro y bajo a la calle con mi perro. Su pis, y lo que no es su pis, es lo más importante en ese momento. Una vez se queda a gusto, empieza mi día.

• La primera página web a la que le echo un vistazo cada día… es Twitter. Sigo a publicaciones y periodistas que me interesan y me ponen al día de cualquier noticia. 
 
 
• El objeto más preciado que tengo por casa… es una mecedora de mi abuela. Ahí me sentaba siempre que íbamos a visitarla a Granada. Hace que me acuerde mucho de ella y de mi infancia.
 
 
• Las horas se me pasan volando cuando… me pongo a tocar la guitarra. No soy un experto en la materia, pero disfruto mucho tocando en soledad, y cuando uno disfruta.... ¡el tiempo corre que vuela!
 
 
 Una manía que no puedo evitar… es la de poner cinco o seis repeticiones en la alarma. No hay nada peor que despertarte y ver que te has quedado dormido.

• No me acuesto sin… mi radio. Me gusta dormirme con la compañía de programas de humor como Nadie sabe nada o La parroquia del monaguillo. Quizá tardes un poco en dormirte, pero te duermes riendo.
 
 
 Jamás podré olvidar el momento en que… estaba jugando un partido de fútbol, metí un gol, mi hermano bajó al campo de la emoción y me subió a hombros. Se le fue un poco la pinza, pero consiguió que ese instante se me guardara en la memoria para siempre.

 El juguete que me volvía loco de niño… era una pelota de fútbol.
 
 
 Mi primer recuerdo televisivo… El gran juego de la oca.
 
 
 La interpretación me ha cambiado… poco. Ahora tengo un trabajo indefinidamente inestable que me genera felicidad e incertidumbre a partes iguales. Además, la gente lo ve y evalúa, lo cual conlleva tanto presión como reconocimiento. La manera en que vas gestionando todo eso te hace evolucionar. Hacia dónde sea, es cosa de cada uno.

 Recuerdo que la última vez que un admirador me sorprendió... estaba comprando fruta. Y la que se sorprendió fue ella al ver que estaba vivo [risas]. Es que a mi último personaje televisivo, el de Amar es para siempre, le mataron 
 
 
 Cuando necesito suerte llevo conmigo… la energía que me mandan mi madre y sus velas. 
 
 
 Soy un absoluto desastre... en todo lo que se refiere a la memoria. Se me da fatal recordar fechas, nombres, caras...
 
 
 La última vez que pasé vergüenza... fue en uno de esos montajes teatrales en los que acaban haciendo partícipe al público. ¡No lo soporto! Soy actor, pero si voy de espectador, acudo como tal. Soy de los que se agachan para atarse los cordones cuando veo que los intérpretes se acercan al público con intención de que hablen. ¡Me da mucha vergüenza!    
 
 
 La app más reciente que instalé en mi móvil… es Telegram.
 
 
 Flipé con… el trabajo de China Zorilla en Elsa y Fred. No había visto nunca la película, la vi recientemente y me quedé loco.
 
 
 No tengo pelos en la lengua para hablar de… cualquier cosa. Pero será mejor que no hablemos, no vaya a ser que... [risas].
 
 
 A veces me miran como un bicho raro por… mi buena sintonía con la soledad.
 
 
 Menudo susto me llevé cuando... me desperté una mañana y el gato del vecino me había dejado un ratón muerto en la terraza.

 Un personaje histórico con el que me habría tomado un café… Martin Luther King.  
 
 
 No me resisto cuando en la carta de un restaurante veo… bravas o pimientos de Padrón.
 
 
 Regresaría mil veces a… una de las Islas del Rosario, junto a Cartagena de Indias, en Colombia. Tuve la suerte de pasar allí unos días de vacaciones con algunos de mis compañeros de El Barco.
 
 
 Quien más se aproxima a mi concepto ideal de belleza… es mi novia, Andrea. Preciosa por fuera, espectacular por dentro.
 
 
 Confieso que me bloquea el miedo… al futuro. La verdad es que no me bloquea pensar en ello, pero a veces no me deja disfrutar todo lo que el presente se merece.
 
 
 Quisiera parecerme… a mi padre y a mi madre en todos sus principios y valores. 
 
 
 Cuando me muera... que me incineren. Y a otra cosa, mariposa.
 
 
 Me gustaría ser recordado por... haber sido un buen compañero.
 
 
 
 
Curtido formativamente en el estudio de Juan Codina, este barcelonés de 32 años empezó a embrujar a los espectadores en sus tiempos en El barco (2011-13), donde daba vida a Piti, aunque antes ya había desarrollado papeles episódicos en Hospital Central, Águila Roja o Física o Química. Su consagración televisiva llegó en la sobremesa con Amar es para siempre y su papel de Víctor Forján. También le asiste experiencia en el corto (Insomnio, Aún hay tiempo…) y, sobre las tablas, en el shakesperiano Romeo que ha llegado al Teatro Galileo de la mano del director Álvaro Lavin. Asesinos inocentes (Gonzalo Bendala, 2015) es por ahora el título más sustancial de su currículo para la pantalla grande

 
 
 
 
Por Rubén del Palacio

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