– ¿Se puede ligar tocando la trompa?
– Bueno, yo ligaba en el Conservatorio, pero no sé si por la trompa o por mi gracejo. La trompa es un instrumento redondito con una campana para atrás. Proviene de la trompa de caza. No confundir con el corno inglés, que es de la familia de los instrumentos de viento-madera. Es muy romántico en muchos aspectos de la palabra. No solo por lo elegiaco que suena, por lo aterciopelado del sonido, sino porque en la época del romanticismo tuvo un auge en la música.
– Usted no tiene formación de actor, pero a fin de cuentas los músicos también interpretan…
– Claro, no dejas de interpretar. Todo es conocer un lenguaje. Te voy a contar una cosa que me ocurría y que ya he aprendido a llevar mejor. Con mis colegas de Muchachada y de La hora chanante hacíamos algo muy personal. Éramos amigos haciendo algo que por suerte le gustaba a alguien; no pensábamos que fuera nuestro trabajo, que fuéramos cómicos o actores. Pero cuando nos fueron llamando, cuando yo empezaba a hacer los primeros papeles, cuando nos empezaron a llamar para participar en series o en películas, me dije: "Esto hay que tomárselo en serio". Y recuerdo que en el rodaje de Que se mueran los feos en las tertulias de la comida estaban Juan Diego, María Pujalte, Tristán Ulloa, Javier Cámara, Carmen Machi… Y hablaban de teatro, de dramaturgia y de interpretación. Yo tenía mucho pudor y me sentía muy cohibido porque no vengo de ahí. Sólo escuchaba y me callaba. Con el paso del tiempo me di cuenta de que yo había aprendido otro tipo de lenguaje, que es el lenguaje musical, que también me sirve mucho en la interpretación, con el fraseo, el ritmo, el tempo, la musicalidad. Todo eso me ha ayudado mucho.
– El escudo de su pueblo es una especie de zapato de fantasía…
– Es una calza, con cuadrados negros y amarillos. A mis amigos de Zaragoza siempre les digo que hay una conexión, las terminaciones en -ico, que son muy mañas y muy manchegas… y la segunda equipación del Zaragoza, que es amarilla y negra.