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El anecdotario de Javier Ocaña

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Unos Bonnie y Clyde a la española


JAVIER OCAÑA

Los últimos meses del año 1967 forman parte de la historia del cine estadounidense. En septiembre se estrenó Bonnie y Clyde, la primera gran película de lo que se dio en llamar Nuevo Hollywood. En diciembre llegó El graduado, y a partir de ahí ya nada fue lo mismo durante más de una década. Dos éxitos de un cine más adulto, atrevido, pero dirigido a las nuevas generaciones. Lo supo ver de forma clara, desde la distancia española, uno de los hombres con mejor ojo para captar los cambios sociales y trasladarlos al cine comercial: José Luis Dibildos. La película de Arthur Penn aún tardaría casi un año en llegar a la gran pantalla en nuestro país, el 26 de agosto de 1968. Sin embargo, el productor y guionista Dibildos ya tenía casi lista su película parodia a la española, titulada La dinamita está servida. Se estrenó en las salas el 15 de octubre de 1968.


   Bonnie y Clyde son aquí rebautizados como Dory y Mike, interpretados por Laura Valenzuela y Tony Leblanc con dirección de Fernando Merino, un especialista en comedia popular que ese año ya dirigió para Dibildos Los subdesarrollados. Con pelo rubio platino y una boina exacta a la de Faye Dunaway en la película de Penn, Valenzuela tenía entonces 37 años y durante la promoción anunció a los medios tanto su relación como su futura boda con Dibildos. Leblanc, por su parte, era una estrella de la comedia desde mediados de los años cincuenta.

 

   El subgénero paródico fue habitual en estos años en nuestro cine, y Leblanc se erigió en uno de sus intérpretes casi fijos: a las órdenes de Pedro Lazaga había protagonizado en 1962 Sabían demasiado, parodia del cine negro americano, y La pandilla de los 11, remedo de la estadounidense La cuadrilla de los 11 (la mítica Ocean’s Eleven fue su tardío remake). Poco después, en El astronauta (Javier Aguirre, 1970), se convertiría en el primer español en viajar a la Luna, lanzado desde el pueblo de Minglanillas. La dinamita está servida, con una demencial trama sobre el robo de joyas a un monarca de un exótico país por parte de la pareja de atracadores, llevó a los cines a 2,3 millones de espectadores. Y en las fotos de promoción y en el cartel, Valenzuela y Leblanc lucen una imagen calcada a la de Dunaway y Warren Beatty en la producción que se había estrenado menos de dos meses antes.

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