La podadora artística
Censura por partida doble
para ‘La familia de Pascual Duarte’
¿Cómo ser a la vez censor y censurado, franquista y sospechoso a ojos del régimen? Solo Camilo José Cela podía conseguirlo
JAVIER OCAÑA (@ocanajavier)
En la persona del premio Nobel de Literatura Camilo José Cela cabían tantas contradicciones que hasta su propio hijo afirmó una vez que a lo largo de su vida pudo haber hasta diez celas distintos y que algunos de ellos, ya discordantes entre sí, coexistieron en un mismo tiempo. Una disparidad que quizá pueda resumirse en una única pregunta: ¿cómo se puede ser censor franquista y escribir una novela como La familia de Pascual Duarte? Y, sin embargo, ambas cosas las hizo Cela.
Sobre aquella primera novela –y obra maestra– publicada en 1942, y con la que la censura literaria también se cebó, el primero en intentar que se adaptara al cine fue el propio escritor, que en el año 1962 mandó una carta a sus amigos Fernando Fernán Gómez y Paco Rabal cediéndoles sus derechos: “Para que hagáis una película con ella”. Ahora bien, a cambio de 220.000 pesetas de la época y con la condición de escribir él mismo el guion. Se llegó a redactar un contrato, pero diversas dificultades económicas (sumadas, como escribió Diego Galán en un artículo en El País en el año 2003, a la sempiterna presión de la censura) acabaron con aquel proyecto en un cajón. Fernán Gómez había escrito finalmente el guion, al lado de Jesús Fernández Santos, y Rabal iba a ser el protagonista.
De modo que hubo que esperar al año 1974, cuando Juan Cueto y un grupo de intelectuales asturianos, poseedores entonces de los derechos, ofrecieron a Elías Querejeta la posibilidad de dirigirla o de producirla. Y así se gestó la adaptación de Ricardo Franco, coescrita junto con Emilio Martínez Lázaro y producida por Querejeta. Una versión bastante libre, aunque seca, brutal y cruel como la novela, que fue seleccionada para participar en el Festival de Cannes, donde José Luis Gómez ganó el premio al mejor actor. Y aunque se dejaron detalles de enorme negrura, la censura obligó a suprimir el himno de Riego y la voz de Niceto Alcalá Zamora proclamando la República, así como buena parte de las banderas tricolores. Es decir, detalles políticos impensables con Franco vivo, pero que incluso con el dictador muerto, pues la película se estrenó en 1976, tuvieron que ser acatados.