Detrás de las cámaras
¿Un guiño al incesto en ‘El Lute II’?
El tándem integrado por Imanol Arias y Pastora Vega, decisión del siempre polémico Vicente Aranda, irritó a Eleuterio Sánchez
JAVIER OCAÑA (@ocanajavier)
La carrera completa de Vicente Aranda está repleta de polémicas en torno al sexo, el gran tema de su cine junto a los celos. Pero en el caso de El Lute II: Mañana seré libre (1988), segunda entrega de las andanzas del famoso presidiario del franquismo que pasó de ladrón de gallinas a mito de las clases bajas gracias a su ímpetu y, sobre todo, a sus fugas de prisión, esa controversia tan habitual trascendió incluso al propio personaje: Eleuterio Sánchez.
En la película, que de la fuga individual de la primera entrega pasa a desarrollarse como una fuga colectiva, pues El Lute va acompañado de media familia con la Guardia Civil al acecho, es evidente que hay una relación muy especial entre el protagonista y su hermana. Tan especial y tan ambigua que los apuntes incestuosos incluidos en el guion son constantes, tanto en los deseos y los celos de la hermana como en ciertos detalles que pueden llevar al espectador a pensar que ambos mantuvieron algo más que relaciones fraternales en el pasado.
Pero el asunto, además, no se quedó en el guion, ya que Aranda lo subrayó aún más con una controvertida decisión de casting. En la primera película, El Lute: Camina o revienta (1987), a la hermana la interpretaba la actriz Diana Peñalver. En esta segunda, sin embargo, la hermana pasa a ser Pastora Vega. Imanol Arias, el actor que hizo de El Lute, y Vega eran matrimonio desde 1984 y ya tenían un hijo. Con lo cual, aunque solo fuera por el parentesco exterior, el del matrimonio, al público le resultaba aún más chocante y perturbadora la relación entre los dos personajes dentro de la historia.
A Eleuterio Sánchez, el hombre que todo lo inspiró con su rebelde y apasionante vida a salto de mata, y en cuyas memorias se basaban los dos trabajos de Aranda, no le gustó en absoluto la decisión del cambio de reparto.