La clínica de enfermedades venéreas
que inspiró una comedia
Fernando Colomo suscita sonrisas hasta de asuntos que en principio tienen poca gracia. Tal fue el caso de la consulta que regentaba Concha, su hermana, y que trasladó a la pantalla para ‘La vida alegre’
JAVIER OCAÑA (@ocanajavier)
Una comedia sobre las enfermedades de transmisión sexual, el miedo al sida y su influencia en los primeros colectivos de riesgo: homosexuales, prostitutas y drogadictos. Así es el cine de Fernando Colomo, que suele decir esta frase sobre su obra: “Haga lo que haga, siempre me sale una comedia”. El director estrenó La vida alegre en el año 1987, y logró inocularle su habitual espontaneidad y ese sentido del humor tan jocoso, y a la vez delicado, de otros títulos de su carrera.
Lo más curioso es que, en cierto modo, se trataba de una película basada en hechos reales, pues estaba inspirada en la consulta que dirigía en aquellos años Concha Colomo, hermana de Fernando. Buena parte de los casos que relata el director en su guion estaban sacados de pacientes de su hermana, especialista en enfermedades venéreas e integrante de Médicos del Mundo, en aquella clínica dependiente del Ayuntamiento de Madrid. El personaje de Verónica Forqué era básicamente la hermana del director, solo que pasado por la batidora de comedia de la inimitable actriz madrileña y el modo de escribir del realizador.
Para rematar los paralelismos entre realidad y ficción, Colomo eligió a Miguel Rellán para interpretar al ministro de Sanidad. Era justo la época, bajo la presidencia de Felipe González, en que buena parte de los integrantes del consejo de ministros, desde Javier Solana a Joaquín Almunia o Narcís Serra, eran coetáneos de Rellán y gastaban las mismas barbas que él.