#LeerSientaDeCine
Reivindicar a las invisibilizadas de la Historia
Enrique Aparicio, accésit del Premio Paco Rabal de la Fundación AISGE en 2020, afronta su debut literario con ‘La mancha’, una novela que puede leerse en clave marica pero también como reivindicación de la valentía femenina
ANTONIO ROJAS (@mapadeutopias)
Con la llegada del verano, Valentín retorna a su pueblo manchego desde Madrid. Pero no es el típico viaje de ida y vuelta que finaliza tras el periodo estival. Es un regreso a la casilla de salida. Después de años de estudios, de formarse y obtener buenas notas, de sacrificios familiares, la suerte laboral le ha sido esquiva. La moneda ha salido cruz. Y no le queda otra que recalar en la casa de sus padres, aquella de la que huyó siendo un muchacho de pueblo y a la que se ve abocado a volver hecho un hombre de mundo. Le toca gestionar el vacío, la nada, la sensación de inutilidad. Salir del letargo en el que lo ha sumido el momentáneo fracaso. Sacudirse la resaca con la que desembarca en la estación de autobuses. Atrás quedan los años imperiales, arrolladores de la capital.
Pero este joven de 25 años no solo va a tener que hacer frente a la falta de trabajo. Una de las razones que en su momento lo impulsaron a abandonar las paredes repletas de pósteres para adolescentes fue su condición de homosexual. Así que le toca mirar a los ojos a aquellos miedos, culpas y peligros que dejó atrás y que creyó que con establecerse en otro lugar desaparecerían para siempre. En Madrid ha vivido libremente el ambiente gay. Eso sí, no es lo mismo ser marica en una gran ciudad que en Baratrillo de la Mancha, imaginario pueblo de Albacete, trasunto de Alpera, localidad natal del autor de La mancha, Enrique Aparicio (1989).
Este periodista, que en 2020 obtuvo el accésit del Premio Paco Rabal de Periodismo Cultural que convoca la Fundación AISGE, ha recurrido a un relato en primera persona, muy cercano a la autoficción, para debutar en la novela. Ha echado mano de un estilo descarado, desenfadado, directo, sin dobleces, con guiños al habla y el humor manchegos, para escribir un libro que habla de identidad personal, de cómo se va forjando a trompicones, muchas veces dando palos de ciego, pero, sobre todo, obligándonos a mirar hacia dentro y prestar atención a los demás.
No vale refugiarse entre las cuatro paredes de la habitación infantil hasta que pase la tormenta y llegue la ocasión de volver a Madrid. Revivir continuamente la vergüenza de salir a la calle por miedo a que lo llamen maricón. Creer que arrastra una mancha que no va a limpiar si no es poniendo distancia con el pasado. Lamerse unas cicatrices que no tiene. Demasiado ensimismamiento, demasiados lamentos.
Así que no queda otra que rebelarse, que resetearse para expulsar el miedo y la culpa. Mirar a su alrededor para entender que está rodeado de gente que, antes que él, también tuvo que desafiar la deshonra, revolverse contra la infamia. Y es en la familia donde encuentra esos ejemplos de valentía. En su prima, Ana, de la que en un momento se apartó caprichosamente y con la que recupera una infancia compartida y un cariño que había quedado petrificado. En su madre, que nunca le ha exigido nada, que se ha limitado a brindarle todo lo que estaba en su mano para que él consiguiera los objetivos que se proponía. En su tía abuela, Ramona, que en los años cuarenta fue víctima de un tiempo en el que se negaba a la mujer y que acabó sufriendo un final trágico. A ella le da voz a través de los retazos de un diario desgarrador que sirve como contrapunto del relato central.
Mujeres esforzadas, hijas de la miseria, nietas de la pobreza, que, a su manera, con mucho padecimiento, abrieron camino. Ellas son las destinatarias del homenaje del autor. Porque La mancha puede leerse en clave mariquita (“¡Maricón, que suena a bóveda!”, que diría Miguel de Molina) y colocarse en las estanterías destinadas a literatura LGTBIQ+, pero sería más conveniente situarlo entre los ejemplares de esa literatura valiente que reivindica a quienes durante siglos han sido invisibilizadas, reducidas a etcéteras de la Historia y las historias.
‘La mancha’ (Plaza & Janés, abril de 2024). 256 páginas, 20,90 euros (eBook, 9,99 euros)