#LeerSientaDeCine
Dos amigas cómplices
y hartas de disimulos
La cantante y actriz madrileña Rocío Saiz debuta en la novela con ‘Que no se te note’, un relato híbrido y en clave lésbica que también quiere erigirse en manual de supervivencia para adultos
ANTONIO ROJAS (@mapadeutopias)
Por más que su editorial lo anuncie como “una luminosa novela punk”, no es nada sencillo etiquetar este Que no se te note, el debut narrativo de la cantante, actriz, artista multifacética y activista LGTBIQ+ Rocío Saiz. Esta madrileña de 33 años debuta con un libro que transita por el ensayo, la autoficción, el teatro experimental, el relato literario libre e incluso el panfleto. La obra persigue erigirse, aclara la autora, en un espacio en el que el lector quiera estar y hasta le sirva como manual de supervivencia para adultos. Pero, por si fuera poco, Saiz introduce la figura de una narradora intrusa que se inmiscuye y opina de todo lo que se dicen los dos personajes centrales y casi únicos del relato.
Julia y Paula, estas dos mujeres en mitad de la treintena, maltratadas por la vida (y por aquellas personas con las que han tenido la mala suerte de tropezarse), coinciden en la sala de ciclismo indoor de un gimnasio. Han ido a parar allí atraídas por una terapia a base de pedaleos que promete, después de apenas media docena de sesiones, devolverles la alegría y las ganas de vivir. Porque –no se nos olvide– eso de existir, de aguantar en pie las 24 horas del día, termina constituyendo un acto heroico.
Las dos protagonistas se sienten tirando a mal. Se han pasado la existencia interpretando papeles para que las quisieran, tratando de pasar desapercibidas y no llamar la atención, dejando de lado su diversidad parapetadas en esa frase maldita, en esa petición opresiva que repiten la familia, las amistades y hasta los compañeros de trabajo: “Que no se te note”. Y se vuelven cómplices porque son conscientes de que el dolor las hace iguales, las democratiza. Comparten confidencias y disfrutan haciéndolo, porque perciben que ese es un acto tan maravilloso como contar y escuchar historias.
Mientras ellas dialogan y se cuentan sus vidas, la autora se entromete en las conversaciones para dejar su huella: reflexiones, tentaciones, frustraciones, experiencias, sueños, anécdotas y emociones, transmitidos desde un punto de vista de amor homosexual femenino, que es el suyo, como deja claro desde la primera línea. Con un mensaje claro: estemos en el lugar que decidamos, todos compartimos problemas, traumas e inseguridades.
Al tiempo que combate esos sambenitos que nos colgamos –y que, como los monigotes del Día de los Inocentes, tan difíciles son de quitarse de encima–, la narradora traza una autocrítica moral sobre cómo nos tratamos, hablamos o relacionamos, en general desde un territorio que no es bonito, real ni romántico. Desde el humor y la ficción, con total ausencia de prejuicios, Saiz deja entrever el dolor, la vulnerabilidad y el alto precio que se ha de pagar por sentirse rara y diferente. Porque eso de ser "neutro" representa una mentira más de tantas que nos cuentan. Y ser “normal”, como repite en varios momentos, es un programa de la lavadora. Por eso recuerda también que las lesbianas se han tenido que inventar su propia cultura popular, toda vez que la historia oficial las ha tornado invisibles durante siglos.
En su defensa de la autoestima y el empoderamiento, Rocío Saiz –protagonista de la película La amiga de mi amiga y actriz de reparto en Daniela Forever o Reír, cantar, tal vez llorar– se enfrenta a los narcisistas, los estafadores emocionales y a quienes construyen esos círculos de abuso de los que es tan difícil escapar, y no digamos hacerlo sin ninguna cicatriz. Fuera farsantes y maltratadores.
De lo que se trata, en definitiva, no es de que no se note. Ha llegado el momento de rebelarse contra la mentira en la que tantos han vivido toda la vida, ser lo que cada cual quiera y, sobre todo, que se le note. ¡Faltaría más!
‘Que no se te note’ (Roca Editorial, septiembre de 2024). 216 páginas, 20,90 euros (eBook, 9,99 euros)