Los estrenos del 10 de mayo
‘Nina’
EL LADO DE LA VENGANZA
ALBERTO ÚBEDA-PORTUGUÉS
El segundo largometraje de Andrea Jaurrieta se basa libremente en La gaviota de Chéjov y es un soberbio wéstern-drama muy actual. Ha sido galardonado con la Biznaga de Plata Premio Especial del Jurado de la Crítica en el Festival de Málaga y ha recibido aplausos en los recientes D’A Film Festival y el Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián. Producida por Bteam Prods, Icónica Producciones, Irusoin y Lasai Producciones, se filmó en Mundaka y Bermeo y sus inmediaciones con dos estrellas como protagonistas: Patricia López Arnaiz y Darío Grandinetti. El elenco incorpora también a la joven actriz Aina Picarolo.
Nina (Patricia López Arnaiz) vuelve a la localidad costera en la que creció con una escopeta en el bolso y un objetivo: vengarse de Pedro, un famoso escritor al que el pueblo rinde homenaje. Gracias al reencuentro con su lugar de origen, con sus recuerdos del pasado y con Blas, un amigo de la infancia, se replanteará si la venganza es su única opción.
“Me he sentido en Nina como una heroína de wéstern. Es una mujer herida que busca venganza”, en palabras de Patricia López Arnaiz. En 2021 ganó el Goya a la mejor actriz por Ane (David Pérez Sañudo) y este año aspiró al trofeo en la misma categoría con 20.000 especies de abejas (Estibaliz Urresola Solaguren). Ha destacado asimismo en los filmes La cima (Ibon Cormenzana) y La hija (Manuel Martín Cuenca) y en las series La peste, Intimidad, Apagón y Galgos.
Dario Grandinetti (en el papel de Pedro) es uno de esos actores del otro lado del charco que se ha logrado afianzarse en nuestro país a base de talento y garra. Le conocemos por largometrajes de Pedro Almodóvar como Hable con ella y Julieta, por La isla de las mentiras (Paula Cons) y las series Hierro y La novia gitana.
Encarnando a Nina en su juventud tenemos a Aina Picarolo, actriz que había destacado en la cinta La casa entere los cactus (Carlota González-Adrio), y las series Big Band Clan y 300. Un cuarto personaje de importancia es el de Iñigo Aranburu (Blas), con trabajos cinematográficos en Ana de día (Andrea Jaurrieta), Ventajas de viajar en tren (Aritz Moreno), Ola de crímenes (Gracia Querejeta), El guardián invisible (Fernando González Molina) y Modelo 77 (Alberto Rodríguez).
No nos olvidamos del cometido de Mar Sodupe (en las series The Mallorca Files y La caza) como amiga de Nina. Y el veterano Ramón Agirre (en las películas El maestro que prometió el mar y a las órdenes de Belén Macías en Verano en rojo) es amigo del padre de la protagonista.
Los límites del consentimiento
“A través de Nina hablo sobre dónde están los límites del consentimiento desde el punto de vista femenino activo, desde la complejidad psicológica y social que entraman este tipo de relaciones. Es muy fácil tipificar la violación de una menor, pero ¿cómo delimitar el abuso si hay un consentimiento aparente?”, se pregunta la cineasta Andrea Jaurrieta, que debutó en el largometraje en 2018 con Ana de día, protagonizada por Ingrid García Jonsson. Es autora de los cortos Ballenas aplastadas por el hielo, Algunas aves vuelan solas o Los años dirán.
Afirma que “Nina es una película ambiciosa en su puesta en escena, que trata de encontrar equilibrio entre el realismo y la estilización puramente cinematográfica. Bebe del cine clásico, del wéstern, del melodrama, así como de filmes donde la poética de la imagen habla más que las propias palabras”. Tiene Jaurrieta otros cortos en su haber, como A pleno sol, Todos acabaremos solos y Entresuelo.
No piensa que “Nina sea pequeña ni intimista. Está contada desde la rabia que mueve los deseos de venganza de esa mujer dura, diminuta en la inmensidad del despiadado paisaje del norte de España”.
Andrea Jaurrieta logra mantener la tensión y la intriga durante todo el metraje de este excelente largometraje, que tiene presentes las raíces del wéstern y está enmarcado en un drama virulento que habla de ese aprovechamiento de la inocencia de jóvenes muchachas por hombres que carecen de cualquier límite.
Patricia López Arnaiz se supera en cada trabajo. Resulta extraordinaria su capacidad para reflejar el dolor, la ira y la ternura sin prácticamente tener que hacer uso de la palabra. A su lado, Darío Grandinetti nos da otra lección de gran actor, mientras que Aina Picarolo se convierte en una estrella naciente. Esta estará, sin duda, entre las nominadas a la actriz revelación en los próximos Goya.