Los estrenos del 10 de noviembre
‘Un amor’
DISTANCIAS DE LA PASIÓN
ALBERTO ÚBEDA-PORTUGUÉS
Llega a la cartelera este impresionante drama amoroso de Isabel Coixet, que recibió el premio Feroz Zinemaldia a la mejor película en el pasado Festival de San Sebastián. Ha cosechado aplausos en certámenes posteriores como los de Zurich, Roma o Tokio. Con guion de Coixet y la escritora Laura Ferrero (basado en la novela homónima de Sara Mesa), Un amor es una producción de Buenapinta Media, Perdición Films y Monte Glauco, rodada en localizaciones de La Rioja. Su poderoso reparto lo encabezan Laia Costa y Hovik Keuchkerian, quien ganó la Concha de Plata al actor de reparto en San Sebastián.
Nat (Laia Costa) escapa de su vida en la ciudad y encuentra refugio en el pueblecito de La Escapa, en lo profundo de la España rural. En una casa rústica y en compañía de un perro salvaje, la joven se enfrenta a la hostilidad de su casero y de los vecinos. En un proceso de descubrimiento de sí misma, Nat acepta una propuesta sexual que le hace su vecino Andreas (Hovik Keuchkerian)... y surge una pasión obsesiva que cuestionará el tipo de mujer que cree ser.
“Nat, traductora, pasa por una fuerte crisis personal que cree poder solucionar en el entorno rural, pero no encontrará en absoluto el remanso de paz que buscaba”, apunta sobre su personaje Laia Costa, que alzó el Goya a la mejor actriz por Cinco lobitos (Alauda Ruiz de Azua). Ha tenido otros papeles destacados en Els encantats (Elena Trapé) o el filme Victoria (Sebastian Schipper), brillante trabajo por el que consiguió hacerse con el premio Lola del cine alemán.
Comparte protagonismo con Hovik Keuchkerian, al que vimos en Alacrán enamorado (Santiago Zannou), El hombre que mató a Don Quijote (Terry Gilliam) o 4 latas (Gerardo Olivares). “Andreas, o ‘el Alemán’, como le llaman en el pueblo, es algo brusco, parco en palabras y emociones”, comenta el actor, galardonado con el Forqué por su labor en la aclamada serie Antidisturbios.
También es importante la intervención de Hugo Silva como Píter, alguien muy falso. En su currículum reciente aparecen cintas como Un novio para mi mujer (Laura Mañá) y la serie Mentiras pasajeras. Luis Bermejo (bajo la dirección de Javier Fesser en Campeones o de Paco León en Rainbow) hace de casero de Nat. Ingrid García-Jonsson da vida a Lara, esa vecina espigada y charlatana del pueblo. Hemos disfrutado de la actriz en el largometraje Camera Café, la película (Ernesto Sevilla) y la serie Un cuento perfecto. Y Francesco Carril (habitual del cine de Jonás Trueba y en la reciente película de Belén Macías Verano en rojo) es el marido supuestamente envidiable de Lara.
Atmósfera enrarecida
“La primera vez que leí Un amor, de Sara Mesa, fue un golpe en el esternón. Un impacto. La segunda vez, imaginé mi película soñada, con atmósfera enrarecida, sensación de tranquilidad bajo la que late un mar de suspicacias, desconfianza, ruindad”, señala Isabel Coixet. Ha obtenido dos Goyas a la mejor directora por La vida secreta de las palabras y La librería. Otros títulos destacados en su carrera son Demasiado viejo para morir joven, Cosas que nunca te dije, Mi vida sin mí, Aprendiendo a conducir o El mapa de los sonidos de Tokio.
Explica la cineasta que imaginó Un amor “con los rostros, gestos y voces de las actrices y actores que la han hecho posible en estas montañas desérticas de La Rioja: Laia Costa, Hovik Keuchkerian, Hugo Silva, Ingrid García-Jonsson, Luis Bermejo y Francesco Carril. Su colaboración ha sido inestimable, el elenco de actores más brutalmente armónico con el que he trabajado. Me hace volver a tener esperanza en el poder de las historias para entender el mundo”, relata Coixet, que en 2012 el Goya al mejor documental por Escuchando al juez Garzón. En 2020 el Premio Nacional de Cinematografía fue para ella.
Conocemos por la filmografía de Coixet que maneja como nadie los ambientes turbios, los secretos y odios o amores a los que les cuesta salir a la superficie. Un amor tiene todas estas cualidades, con el pulso y el rigor habitual de la cineasta, las actuaciones absolutamente grandiosas de Laia Costa y Hovik Keuchkerian, además de la madurez aportada por Luis Bermejo y Hugo Silva y las muy interesantes colaboraciones de Ingrid García-Jonsson y Francesco Carril.