Los estrenos del 13 de enero
‘La piedad’
AMOR LETAL
ALBERTO ÚBEDA-PORTUGUÉS
Después de esa explosión de creatividad que fue Pieles, Eduardo Casanova nos sorprende de nuevo con una película excesiva, dolorosa, arrebatadora, premiada en los certámenes de Karlovy Vary y Montreal y aplaudida en los de Sitges y Sevilla. Rodada entre Madrid y Sevilla, La piedad es una producción de, entre otras compañías, Pokeepsie Films (la productora de Álex de la Iglesia y Carolina Bang). Su potente reparto lo encabezan brillantemente por Ángela Molina y Manel Llunell.
Lili y Mateo son una madre y un hijo que tienen una relación de profunda dependencia. Viven en la comodidad de su asfixiante realidad hasta que a uno de ellos le diagnostican una enfermedad mortal. La idea de que la vida les vaya a separar hace que se desarrolle en ellos su parte más oscura.
“Solo Ángela Molina podría haber interpretado a Lili, o Libertad. Es una mujer maravillosa. Lo da todo dentro y fuera del rodaje. Estoy profundamente enamorado de Ángela”, piropea Eduardo Casanova a su estrella, una de las grandes leyendas de nuestro cine. Pueblan su filmografía títulos como Ese oscuro objeto del deseo (Luis Buñuel), Demonios en el jardín (Manuel Gutiérrez Aragón), Lola (Bigas Luna) o Carne trémula y Los abrazos rotos (Pedro Almodóvar).
Antes de su impresionante papel de Mateo en La piedad, el barcelonés Manel Llunell ya captó nuestra atención en Malnazidos (Javier Ruiz Caldera y Alberto de Toro). “Ha sido un rodaje muy duro y gratificante. Edu me ayudó mucho a comprender, a sentir, a empaparme por completo de Mateo”, reconoce el actor, a quien también vimos en el corto Ráfagas de vida salvaje (Jorge Cantos).
Además del dúo protagonista, en el elenco aparece Ana Polvorosa dado vida a Marta. La artista ya participó en Pieles, la ópera prima de Casanova, en filmes como Con quién viajas (Martín Cuervo) y en las series Las chicas del cable y La Fortuna. Antonio Durán 'Morris' encarna al exmarido de Lili y debe parte de su popularidad a la serie Fariña. En cartel tiene María León Historias para no contar (Cesc Gay), que en La piedad hace de psicóloga. Otros rostros del reparto son los de Songa Park (en la serie Desaparecidos), Alberto Jo Lee, Meteora Fontana (en la película de Víctor García León Los europeos) y Macarena Gómez (en la cinta Musarañas y la serie 30 monedas).
Terror no convencional
“La piedad habla del poder y la sumisión llevados al extremo, de la capacidad y la necesidad del ser humano de controlar su creación, a veces a una persona o incluso a todo un país”, explica Eduardo Casanova. En 2017 debutó en el largometraje con Pieles, peo le avalan también como director los cortos Jamás me echarás de ti o Lo siento mi amor. “Es una historia universal sobre cómo separarnos de nuestras raíces. Abandonarlo todo para evolucionar o para salvarse, aun sabiendo que lo más oscuro que dejamos atrás también está en nosotros, en nuestro ADN”, cuenta el polifacético creador, que además firma el guion y el diseño de producción de la cinta.
Se atreve Casanova a encuadrar La piedad en un género determinado: “Es una película de terror no convencional con una relación angustiosa entre una madre y su hijo, estableciendo un paralelismo entre una dictadura y su pueblo, concretamente la dictadura de Corea del Norte. Todos hemos estado alguna vez en una relación tóxica, da igual si es con una pareja, un amigo o con nuestra familia. Todas las relaciones son profundamente complicadas y a veces queremos romperlas o salir de ellas. Pero no sabemos. Creo que mi película explica ese estado que nos desazona y en el que se encuentran los personajes de Ángela Molina, Manel Llunell, Ana Polvorosa y Antonio Durán 'Morris”.
Contiene La piedad una de las mejores interpretaciones que acumula la larga y fructífera carrera de Ángela Molina, en la piel de esa madre dominante que trata a su hijo como a un juguete que maneja a su antojo. No menos formidable es la aportación que hace el joven Manel Llunell, cuyo personaje tiene miedo a ser él mismo y a romper ese invisible cordón umbilical que le mina. Como en el caso de Rainbow (Paco León), La piedad es una de esas películas que rompe todas las reglas y se ofrece al espectador sin la menor intención de ser del montón o fácilmente olvidable. No. Dará que hablar, y mucho, esta importante cinta.