Los estrenos del 14 de octubre
‘Girasoles silvestres’
CONFLICTIVO AMOR
ALBERTO ÚBEDA-PORTUGUÉS
Tras su calurosa presentación en el Festival de San Sebastián se estrena la nueva película de Jaime Rosales, un drama potente sobre las difíciles relaciones de pareja que protagoniza de forma impresionante Anna Castillo. Rodada en 35 mm, Girasoles silvestres la producen Fresdeval Films, A Contracorriente Films, Oberon Media y Luxbox (Francia). Además de Castillo, en ella destacan Oriol Pla, Quim Àvila y Lluís Marquès.
Julia, de 22 años y madre de dos niños, se enamora de Óscar, un chico conflictivo con el que comienza una relación. A medida que van pasando tiempo juntos, Julia empezará a plantearse si Óscar es la persona que realmente necesita a su lado, lo que la llevará a iniciar un viaje personal en busca de su felicidad y la de su familia.
“Anna nos deja este personaje memorable que va desde la alegría más genuina y contagiosa a la desesperación más irredenta. Su invisible técnica le permite dominar tanto escenas de fuerte contenido emocional como esas escenas desenfadadas con los niños”, afirma el director sobre Anna Castillo. En 2017 ganó el Goya a la actriz revelación por El olivo (Iciar Bollain), tras lo cual encadenó destacados papeles en las aplaudidas películas Viaje al cuarto de una madre (Celia Rico Clavellino), Adú (Salvador Calvo) o Mediterráneo (Marcel Barrena).
La primera de las parejas de Julia/Anna Castillo es el conflictivo Óscar, al que da vida Oriol Pla, conocido en la gran pantalla por Petra (Jaime Rosales) e Incierta gloria (Agustí Villaronga). “Su aterrador personaje, aunque a ratos es tierno, nos lleva a preguntarnos por qué elegimos las personas que menos nos convienen, por qué el amor nos juega tan malas pasadas”, anota Rosales sobre Óscar. Por otro lado, Quim Àvila encarna a Marcos “impregnando de dignidad a un hombre frágil, supuestamente duro por su condición de militar, pero a punto de desmoronarse emocionalmente ante la imposibilidad de cuidar a sus hijos”, destaca el director sobre este actor de Poliamor para principiantes (Fernando Colomo). El tercer hombre en la vida de Julia es Alex, el personaje que construye el balear Lluís Marquès. Le hemos visto en Isla bonita (de Colomo). “Lluís se mete en la piel de un hombre cabal, firme y cariñoso, interpretado con gran contención y cercanía”, le piropea el cineasta.
Engrosa el reparto Manolo Solo como padre de Julia. En 2017 levantó el Goya al actor de reparto por Tarde para la ira (Raúl Arévalo), y recientemente sobresalió también en El buen patrón (Fernando León de Aranoa). Carolina Yuste hace aquí de amiga de Julia/Anna Castillo). La de Badajoz también tiene un Goya Goya en su haber, concretamente el de actriz de reparto por Carmen y Lola (Arantxa Echevarría), además de actuaciones meritorias en Chavalas (Carol Rodríguez Colás) o Sevillanas de Brooklyn (Vicente Villanueva).
La creación de un personaje
“Un reportaje fotográfico de una joven madre norteamericana atravesando tres relaciones está en el origen de esta película. La historia de esa mujer se convirtió en inspiración para crear el personaje de Anna Castillo, Julia, una mujer que vive en la periferia barcelonesa, y el guion de Girasoles silvestres, que escribí con Bárbara Díez”, comenta Rosales. Ha rubricado los largometrajes Las horas de día (Premio de la Crítica en el Festival de Cannes), La soledad (Goya a la mejor película y mejor director), Tiro en la cabeza (Premio de la Crítica en San Sebastián), Sueño y silencio, Hermosa juventud y Petra.
En palabras del cineasta, “la historia de Julia ofrecía la posibilidad de abordar la problemática de las relaciones afectivas de manera franca y directa en un momento de profunda transformación social, en el que los papeles de los hombres y las mujeres están redefiniéndose y en el que la sexualidad bajo todas sus formas está explosionando”.
¡Qué gran actriz es Anna Castillo! Jaime Rosales declara que su estilo interpretativo es invisible, totalmente natural, y es por eso que su desgarrada y tierna Julia nos llega al alma. Nos deslumbran las composiciones de Oriol Pla, pletórico en su desquiciado Óscar; de Quim Àvila, convincente en el pellejo de ese Marcos incapaz de asumir su responsabilidad como padre; y de Lluís Marquès, que borda a ese Àlex que intenta ser el hombre que necesita la protagonista. Todos son precisos mimbres de una película que vemos como un espejo de las relaciones amorosas de cualquiera.