Los estrenos del 15 de junio
‘A estación violenta’
SERES VIVOS Y AGONIZANTES
ALBERTO ÚBEDA-PORTUGUÉS
La joven pontevedresa Anxos Fazáns ha debutado en el largometraje adaptando con singular fuerza y sensibilidad una novela de Manuel Jabois, A estación violenta, sobre las decepciones y los sueños rotos de tres personajes en la treintena. Ya ha causado gran impresión en sus presentaciones en los certámenes de Sevilla, CineEuropa, Bafici de Buenos Aires y Cinema D’Autor de Barcelona.
Manuel (Alberto Rolán) se reencuentra con sus amigos Claudia (Nerea Barros) y David (Xosé Barato) tras unos años de distanciamiento. La energía que tenían, las locuras que compartieron, han quedado atrás y deben enfrentarse a una realidad de la que no pueden huir.
En las últimas temporadas, Nerea Barros nos ha encandilado en filmes como La isla mínima (de Alberto Rodríguez), por el que obtuvo el Goya a la actriz revelación. También nos encantó en El oro del tiempo (Xavier Bermúdez) y en las aclamadas series El tiempo entre costuras, El Príncipe o Apaches. “Aunque es más protagonista Alberto Rolán, las circunstancias del personaje de Nerea marcan la película. Ella es el motor, la razón por la que los tres personajes principales vuelven a juntarse”, explica la directora Fazáns.
El ourensano Alberto Rolán tuvo candidatura a los premios Mestre Mateo del audiovisual gallego por su actuación en A estación violenta. “Mi personaje, como los de Nerea y Xosé, está frustrado. Casi cualquier cosa puede romper su frágil equilibrio de periodista y escritor que no ha logrado las metas que se había propuesto”, nos cuenta Rolán, al que vimos junto a Bárbara Lennie a las órdenes de Nely Reguera en María (y los demás).
Xosé Barato alcanzó una gran popularidad por su papel del doctor Alberto Guerra en el serial El secreto de Puente Viejo, mientras que en la televisión gallega e avalan las ficciones Padre Casares o Matalobos.
“Me impresiona mucho la mirada de la directora Anxos sobre nuestra sociedad, con unos personajes reconocibles que se mueven entre la nostalgia, el cariño de los amigos y la dependencia que tenemos de los seres que nos importan”, afirma el veterano intérprete Antonio Durán 'Morris', en la piel de un camello al que los protagonistas quieren y odian a la vez. Morris ha destacado en las cintas A esmorga (Ignacio Vilar), Pieles (Eduardo Casanova) y en la serie Fariña (Antena 3), en cuyo elenco se encarga del narco Manuel Charlín.
Una generación frustrada
“A estación violenta pretende hablar de una generación triste y frustrada antes de tiempo, la de aquellos que pensaron que podían ser artistas sin consecuencias. Esa generación que somos todas las generaciones, golpeándonos una y otra vez contra los muros que nosotros mismos nos levantamos. Esta película me ha enseñado a estar triste y a estar sola. Y he aprendido que nada de eso está mal, sino que forma parte de la vida de todos y merece ser contado”, razona Anxos Fazáns. A sus 26 años ha realizado los cortos Direcciones, Nacer en septiembre y Area, este último con Nerea Barros al frente. “Ese corto tiene cierta similitud con A estación violenta. Probé en él cosas como ese tono nostálgico, de despedida, que ahora está desarrollado en el filme”, señala Fazáns, vinculada a la ESCAC, donde estudió un máster en Dirección de Cine.
“Esta es una película filmada muy cerca de los personajes. Me interesan los cuerpos por su belleza, por su degradación y por la honestidad con la que un desnudo representa el interior de una persona. Los miedos, las heridas... todo puede verse en la piel, en el rostro, en los huesos”, comenta una cineasta que introduce en el metraje música de grupos gallegos como Rabuda, Pantis o Contenedor de Mierda. Con ellos expresa ese sentido underground y crudo que tiene A estación violenta.
Todo el peso de la acción recae en las miradas tristes, traspasadas, vivas pero agonizantes de Nerea Barros, Alberto Rolán y Xosé Barato. Nos conmueven con pocas palabras, comprendemos su rebeldía entre las drogas, el rock y el amor, su aceptación de una autodestrucción que no pueden evitar. A estación violenta es un retrato de estos seres sin esperanza, la que no ofrece una sociedad obsesionada con el mercado. Fazáns nos recuerda que hay cosas, sentimientos, mucho más importantes e irrenunciables.