ALBERTO ÚBEDA-PORTUGUÉS

Tras la cálida acogida brindada en el Festival de Málaga, se estrena este violento thriller escrito y dirigido por el novel Ezekiel Montes. Intérpretes tan conocidos como Antonio Dechent, Rubén Ochandiano o Elena Martínez encabezan el muy experto reparto de Hombre muerto no sabe vivir, una producción de 73140323 PC, la compañía de Montes.

   Tano (Antonio Dechent) ha trabajado toda su vida para Manuel (Manuel de Blas), un empresario de la construcción en la Costa del Sol vinculado al narcotráfico. El viejo magnate ya no puede controlar un negocio cada vez más desalmado, así que Tano y sus hombres de confianza se enfrentan a un grupo de jóvenes narcotraficantes dispuestos a todo para eliminar a la competencia.

   “La película impacta desde el minuto uno hasta el final”, afirma el sevillano Antonio Dechent, un reconocido intérprete que nos cautiva en las películas A puerta fría (Xavi Puebla), Señor, dame paciencia (Álvaro Díaz Lorenzo) u Operación Camarón (Carlos Therón). “Me consta que Ezekiel sabe muy bien de lo que habla en la película: de mafias en Marbella, de sicarios, de gente muy peligrosa”, prosigue Dechent, también actor de series como El embarcadero, Grasa o Parot. 

   Rubén Ochandiano (el hijo del empresario) ganó el Goya al actor revelación en 2002 por Silencio roto (Montxo Armendáriz). Desde aquel momento ha captado nuestra atención en los filmes Los abrazos rotos (Pedro Almodóvar), Incidencias (José Corbacho y Juan Cruz) o El silencio de la ciudad blanca (Daniel Calparsoro). “Ezekiel ha sido muy valiente al mostrar un ambiente que corta como un cuchillo al menor descuido”, describe Ochandiano, dentro del reparto de la serie internacional sobre el narcotráfico Operación Éxtasis. “Es una gozada hacer cine negro tan bueno como este”, piropea la malagueña Elena Martínez (novia de un joven narco), con películas en su haber como Akemarropa (F.J. Arranz), 1200km (David B. Martín). Próximamente estrenará Lobo feroz (Gustavo Hernández). 

   Arropan a este trío de protagonistas actores consumados como Paco Tous (muy popular por Los hombres de Paco), Nancho Novo (en las series Amar es para siempre o Néboa) y Juanma Lara (en La que se avecina). Los tres encarnan a los amigos y compañeros de Tano/Antonio Dechent, mientras que Jesús Castro (en la serie Brigada Costa del Sol) y Jose Laure se ponen en la piel de esos nuevos narcotraficantes.

Lealtad y acción

“Creo que Hombre muerto no sabe vivir es una de las apuestas más arriesgadas del cine de 2021. Es una película de acción y una historia de personajes pegada a la realidad y a la crueldad del ambiente del narcotráfico”, explica Ezekiel Montes, que dirigió los cortos Ritual, Natasha y A la sombra y la serie 50kilosdenosotros. “Me interesaba hablar de dos maneras de ser muy diferenciadas: la de los personajes de Antonio Dechent, sus compañeros y Manuel de Blas, que se guían por la ética y la lealtad, por unos valores de una época que ya no existe y que la sociedad está perdiendo; y por otro lado, la de los personajes jóvenes, como el de Rubén Ochandiano y, en menor medida, el de Jesús Castro, que solo creen en la brutalidad, el dinero y la amenaza constante”, manifiesta el cineasta, que también hace de productor en cintas como Mi gran despedida (Antonio Hens y Antonio Álamo) o The Nomad (Daniel Diosdado).

   Montes siente adoración por personajes como ese Tony Soprano de la famosa serie Los Soprano y le complace el tratamiento de la violencia en el cine de Martin Scorsese. “Siempre hay una justificación adecuada y oportuna cuando se desata la violencia, tanto en la serie como en las pelis del maestro Scorsese”, remata.

   Hombre muerto no sabe vivir nos absorbe y nos deja sin aliento en varias secuencias de enorme tensión. Montes, como ha expuesto arriba, deja clara esa abismal división entre la lealtad y la traición, entre la ética y el desquiciamiento, entre quien mata cuando es imposible evitarlo y quien disfruta con la tortura. Nos gustan los personajes de Antonio Dechent y los de sus hombres: Nancho Novo, Juanma Lara y Paco Tous. Y también resulta excitante el chaval sin escrúpulos ni moral que borda Rubén Ochandiano.