Los estrenos del 21 de febrero
‘Padres’
JUEGO DE CULPABLES
ALBERTO ÚBEDA-PORTUGUÉS
Presentada con éxito en los festivales andaluces de Sevilla y Almería, llega a las salas esta absorbente intriga familiar con toques hitchcockianos que dirige el cordobés José Ángel Bohollo. Rodada en Tenerife con guion del propio director, Padres la han producido Álamo Producciones Audiovisuales y Secuoya Studios. Al frente del elenco encontramos a dos protagonistas prestigiosos: Fernando Cayo y Natalia Verbeke.
Una adolescente de 15 años desaparece tras acudir a un festival de música con su mejor amiga. No regresa a casa. Sus padres, Jaime y Victoria, que acaban de divorciarse, se reúnen en su antiguo chalet común con intención de localizarla. Todo se vuelve más misterioso cuando descubren la ubicación del móvil de la chica: se encuentra en el extranjero. Comienza así una búsqueda desesperada por parte de esos progenitores con mucho que esconder.
“Eduardo Campoy (director general de Álamo Producciones) me hizo llegar el guion de la película y comprobé enseguida que era una maravilla. Estaba repleto de sorpresas, de secretos inconfesables de los personajes, que parecían salidos de la mano de Hitchcock”, comenta Fernando Cayo, que pone cara a Jaime. Hemos seguido a este actor en las películas La sombra de la ley (Dani de la Torre), Invisibles (Gracia Querejeta), Hasta el cielo (Daniel Calparsoro), La fortaleza (Chiqui Carabante) o Y todos arderán (David Hebrero), así como en las series La casa de papel y Asalto al Banco Central.
Da vida a Victoria la actriz Natalia Verbeke, a quien conocemos por los largometrajes El otro lado de la cama (Emilio Martínez-Lázaro), El método (Marcelo Piñeyro), GAL (Miguel Courtois), El último traje (Pablo Solarz) y Un paseo por el Borne (Nick Igea). En televisión la recordamos gracias a las series Doctor Mateo, Una vida menos en Canarias, Todos mienten, Ana Tramel. El juego y El Caso. Crónica de sucesos. “Compartir los focos con Natalia ha sido otra de las razones de peso para estar en esta película”, según Cayo.
También importante es el cometido de Carlos Fuentes, a quien vemos en el rol de Carlos, el hombre con quien sale Victoria. Entre los éxitos de su carrera se encuentran los filmes Taxi (Carlos Saura), La primera noche de mi vida (Miguel Albaladejo), Salvador (Puig Antich) (Manuel Huerga), Chuecatown (Juan Flahn) e Invasión (David Martín-Porras). “El juego que hay con las cámaras de seguridad de la casa y los alrededores crea una tensión fantástica en el espectador”, afirma el actor, en cuyo currículum aparecen las series Mar de plástico y Hierro.
Por último, Angelina Stoian encarna a María, la joven hija de los protagonistas. Padres supone el debut en el cine de esta artista española de origen rumano. Antes ha destacado en cortos como Respira (Jonay Contreras), Baila conmigo (Aythami Borges) y Wallanoir (Daniel de León).
El crecimiento de la trama
“Los diálogos que entablan Natalia Verbeke y Fernando Cayo nos inquietan y son como un trampolín para que la trama crezca en interés y en intriga”, señala José Ángel Bohollo, que en 1994 aspiró al Goya a la dirección novel por Ciénaga. Posteriormente dirigió Mátame mucho y la miniserie Bretón, la mirada del diablo.
El cineasta cuenta que “en Padres, sin que se diga de una manera explícita, sabemos que una de las causas de la separación de la pareja fue el maltrato psicológico. Por si fuera poco, la aparición de Carlos en la vida de Victoria añade más leña al fuego: ni su pasado ni sus intenciones en el presente tranquilizan a nadie”. Otros títulos en la carrera de Bohollo son el cortometraje Ella, él y Benjamín y el documental Morente, universo íntimo (Canal Sur).
Cuanto más enfado muestran los personajes de Fernando Cayo y Natalia Verbeke (ambos, sensacionales), más nos atrae la película. Llegamos incluso a reírnos con las trampas que se ponen todos (incluido Carlos Fuentes) para salir indemnes de una situación cada vez más angustiosa. Es un placer ver a actores con tanto oficio y seguridad en este juego de culpables que nos despista y nos encanta. José Ángel Bohollo lo dirige con mucho criterio.