Huyendo de lo coral
El malagueño Ramón Salazar rodó anteriormente Piedras (con nominación al Goya a la mejor dirección novel), 20 centímetros y 10.000 noches en ninguna parte. “Quería huir de lo coral, contar una historia centrada en personajes femeninos, que el peso dramático recayese sobre ellas dos. Los anclajes narrativos debían ser precisos: madre e hija, un abandono, un reencuentro, un motivo, ¿una redención?”, comenta el cineasta. El estreno de la cinta está acompañado de un cortometraje, El domingo, a modo de prólogo de lo que veremos después. “Cuando era pequeño tenía pánico a los domingos porque pensaba que mis padres me abandonarían precisamente ese día de la semana. Por fortuna, los lunes eran estupendos”, bromea el director. En su faceta de guionista ha alumbrado los taquillazos Tres metros sobre el cielo y Tengo ganas de ti (con dirección de Fernando González Molina).
“Las decisiones creativas de esta película están tomadas en base a una premisa: nada de lo que los personajes digan es lo que en realidad quieren decir. Una brecha en la vida de ambas desarrolla su incapacidad para expresar sus sentimientos. Hablan los silencios, expresa más el que escucha que el que expone, se multiplica entre ellas la dificultad de entenderse”, afirma el autor.
La intriga y la tensión de La enfermedad del domingo son constantes desde sus primeros compases. Empleando un pulso firme y un aliento trágico, Salazar deja que dos impresionantes actrices, de esas a las que se les queda pequeña la pantalla, acaparen toda nuestra atención. Nos genera el deseo de querer saberlo todo de ellas y nos llena de congoja con las huellas del desamor entre madre e hija. Tanto para Susi Sánchez como para Bárbara Lennie es, gracias a sus soberbias actuaciones, muy probable el hecho de aspirar a los Goya.