La España del esperpento
“Pretendo retratar España en este momento de nuestra historia. Los vaivenes políticos y la crisis económica, las turbulencias sociales y las sentimentales... Pero algo tiene la realidad española que se escapa al retrato convencional. Vivimos en la exageración”, reflexiona Víctor García León. Antes de filmar Selfie rodó Más pena que gloria y Vete de mí, esta última cinta con Juan Diego y Juan Diego Botto como cabezas del plantel.
Despreciado por quienes pensaba que eran sus amigos, el realizador va siguiendo al protagonista a modo de falso documental: desde su errático peregrinaje por Vistalegre en la presentación de Podemos hasta un mítin de la popular Esperanza Aguirre en la Colón. “Este largometraje es una foto de lo que nos ha sucedido política y socialmente en los últimos tres años”, aduce su director, hijo de la cantautora Rosa León y del cineasta José Luis García Sánchez.
Selfie no parodia la actualidad, no la ironiza, no la mira con pesimismo, pero hay un concepto muy español con el que el García León se encuentra cómodo: “Igual que fueron comprendiendo con el paso del tiempo Valle-Inclán, Berlanga, Buñuel o Almodóvar, lo que mejor nos representa es el esperpento. Después de todo, las máscaras esconden más verdad que los retratos. Y el humor descabellado es más preciso que un ensayo. Por ahí nace y se desarrolla nuestro protagonista”.
De manera crítica, radical, brillante y veraz, Selfie describe mediante la caída en desgracia de Bosco ese obsceno mundo de corrupción, de amiguismo de los vips, de cariño impostado, todo ello edificado sobre el dinero y la injusticia. Ojalá García León nos diera la esperanza de que algún día acabará esta interminable pesadilla de chorizos y caraduras que contaminan el aire y la realidad. No es así, pero nos alienta a la movilización contra esa lacra.