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27-10-2021


Los estrenos del 29 de octubre


‘Érase una vez en Euskadi’

EL JUEGO Y LA VIOLENCIA




ALBERTO ÚBEDA-PORTUGUÉS

Ha causado sensación en el Festival de San Sebastián y en el de Cine Ópera Prima de Tudela este drama revestido de inocencia del debutante Manu Gómez. Lo protagonizan cuatro niños que tienen mimbres de grandes actores. Rodada en el otoño de 2020 en distintas localizaciones de Guipúzcoa y Madrid, Érase una vez en Euskadi la producen La Canica Films S.L.U. y Érase mi cuadrilla La película A.I.E, con un elenco adulto de consagrados actores y actrices: Luis Callejo, Marian Álvarez, Vicente Vergara, Pilar Gómez o Vicente Romero.


   Euskadi, 1985. Marcos (Asier Flores), José Antonio (Hugo García), Paquito (Miguel Rivera) y Toni (Aitor Calderón) están contentos por la llegada del prometedor verano, sobre todo porque a sus 12 años muy pocas cosas importan... excepto jugar. Viven en una tierra antigua, luchadora, convulsa, un laberinto de paredes grafiteadas en las que rebotan las pelotas de goma y los sueños de libertad. Allí la muerte y la vida no mantienen relaciones formales.



De izquierda a derecha: Aitor Calderón, Miguel Rivera, Asier Flores y Hugo García


   “Hicimos casting con muchos niños, pero Asier, Hugo, Miguel y Aitor conquistaron mi corazón desde el primer momento. Estoy seguro de que serán importantes en el cine”, ha afirmado el director sobre sus protagonistas. Asier Flores debutó ante las cámaras en Dolor y gloria (Pedro Almodóvar) y ya le avalan series como La valla. Miguel Rivera también se estrenó en la cinta de Almodóvar y luego participó en Señoras del (h)AMPA. A Aitor Calderón le vimos en el cine con Que Dios nos perdone (Rodrigo Sorogoyen) y en la televisión gracias a Gigantes. Por último, Hugo García se fogueó en la serie de terror Campfire.


   Dentro de esas familias de inmigrantes que retrata Érase una vez en Euskadi encontramos al guipuzcoano Yon González (Las chicas del cableEl internado: Las Cumbres) en la piel de un joven próximo a ETA. “Aunque vivas en un entorno muy difícil, en la infancia las cosas se ven de una manera mucho más suave, en seguida se olvidan los malos tragos”, comenta el actor. Es primo del propio director e hijo de padres emigrados al País Vasco.


   Con un Goya por La herida (Fernando Franco), la madrileña Marian Álvarez encarna a la madre de Marcos/Asier Flores, “una mujer que lo da todo por su familia”, en palabras del director. A la actriz la hemos disfrutado últimamente en la televisiva La Unidad. Su marido en la ficción es el segoviano Luis Callejo, cuyo último estreno fue Donde caben dos (Paco Caballero).


   No nos olvidamos de mencionar las colaboraciones de Vicente Romero (en la serie Malaka) como Anselmo; de Pilar Gómez (rostro de la aún inédita película La vida era eso) en el rol de Josefa; Arón Piper (Ander Muñoz en Élite) como Maserati; Ruth Díaz (en la serie El pueblo) como Dolores o Josean Bengoetxea (en Netflix con El inocente) como Luis Mari.



La Euskadi más feroz

“Nací en 1973 y viví en la ciudad guipuzcoana de Mondragón. Soy hijo de inmigrantes granadinos y nieto de aquellos que perdieron la Guerra Civil. Érase una vez en Euskadi es un pequeño trozo de aquella infancia. Fue una niñez como la de cualquier niño, aunque el decorado que la acompañó era más feroz, cuando ETA estaba en su momento más alto de activismo”, recuerda Manu Gómez. Ha sido director de las series Seis hermanas, Derecho a soñar y Néboa. “He querido contar qué era vivir y crecer en aquella reivindicativa sociedad salida del franquismo en la que la violencia, las manifestaciones, el GAL, el sida o la heroína formaban parte de un guion cotidiano”, explica Gómez. Su filmografía incluye cortometrajes como el multipremiado Das kind y el reciente Nur y Abir.


   El cineasta manifiesta que, en definitiva, su película “habla de los que huyeron, de los que se quedaron y, sobre todo, de los que aprendieron a convivir en el convulso País Vasco de los años ochenta”.


   No omite Manu Gómez ningún detalle de ese ambiente de opresión que se vivía, pero nuestro gesto tenso desaparece rápidamente al ver a esos chavales dispuestos a pasarlo bien y a enamorarse, aunque falte el dinero y la tragedia les aceche. De esta forma, Érase una vez en Euskadi se convierte en una fábula en la que también sentimos simpatía por esos adultos de vida difícil que consiguen encarnar con maestría Marian Álvarez, Luis Callejo, Pilar Gómez o Yon González. Admiramos su bondad y su lucha y comprendemos su desesperación. Las cosas de las que está hecha la vida.

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