Los estrenos del 4 de septiembre
‘Las niñas’
ASOMÁNDOSE A LA VIDA
ALBERTO ÚBEDA-PORTUGUÉS
Abrimos la temporada de estrenos con esta excelente y sensible ópera prima de la zaragozana Pilar Palomero, triunfadora absoluta en el reciente Festival de Málaga, en el que obtuvo la Biznaga de Oro a la mejor película y el Premio Feroz de la prensa acreditada a la mejor cinta. Una muy joven Andrea Fandos protagoniza Las niñas junto a Natalia de Molina, en cuyo palmarés figuran ya dos Goyas. A ellas se suman otras actrices jóvenes y noveles en esta producción de Inicia Films y Bteam Pictures rodada en Zaragoza.
Celia (Andrea Fandos), una niña de 11 años, estudia en un colegio de monjas en Zaragoza y vive con su madre (Natalia de Molina). Brisa (Zoe Arnao), una compañera recién llegada de Barcelona, la empujará hacia la etapa de la adolescencia. En este viaje, enmarcado por la Expo y las Olimpiadas del año 1992, Celia descubrirá que la vida se compone de muchas verdades y algunas mentiras.
Con solo 10 años, Andrea Fandos ya obtuvo en 2019 el premio Simón del Cine Aragonés por su interpretación en el corto La comulgante (Ignacio Lasierra). Las niñas es su primera película. “Andrea es un milagro de expresividad con solo mirarla a los ojos”, dice sobre ella la jiennense Natalia de Molina.
La última década nos ha descubierto el talento de Natalia de Molina con títulos como Vivir es fácil con los ojos cerrados (David Trueba), Techo y comida (Juan Miguel del Castillo) o Elisa y Marcela (Isabel Coixet). “No dudé ni un segundo en hacer la película cuando leí el guion. Me gustó mucho mi personaje, Adela, y el de Andrea [Fandos], y con Pilar [Palomero] me entiendo a las mil maravillas”, expone De Molina. En su carrera ha acumulado títulos tan relevantes como No dormirás (Gustavo Hernández), Quién te cantará (Carlos Vermut) o Adiós (Paco Cabezas). “Adela quiere para su hija todo lo que se le negó a ella: que sea cultivada, formal y atenta. Lo malo es que proyecta en Celia sus errores y sus deseos, sin tener en cuenta la personalidad de la niña”, comenta la artista, cuyo próximo estreno va a ser Operación Camarón (Carlos Therón).
Otro papel importante es el de Zoe Arnao, que encarna a la compañera de Celia/Andrea Fandos. “En la ficción es una niña que viene de Barcelona con más madurez que la mayoría de las chicas. Su forma de pensar, consecuencia de una educación liberal, impulsará a su amiga Celia a descubrirse a sí misma”, relata la directora sobre el papel de Arnao, a quien vimos en el corto A Little Taste (Víctor Catalá).
También destacamos a Francesca Piñón en la piel de la madre Consuelo. Conocemos a esta actriz por su personaje de Angustias en la popular serie El Ministerio del Tiempo. “La intención de las monjas en la película es educar a las niñas con sus propias creencias y guiarlas a lo que llaman ‘el camino correcto”, añade la autora.
Entre la tradición y la modernidad
“De los cuatro a los 14 años fui a un colegio de monjas. Llevábamos uniforme, nos confesábamos al menos una vez por semana, asistíamos a misa los miércoles. Recibíamos una educación conservadora, pero al salir a la calle nos encontrábamos con la realidad de la España de los años noventa, ansiosa de progreso y modernidad. Eso es lo que he intentado plasmar en la película”, detalla Pilar Palomero. Es autora de los multipremiados cortos Niño balcón, Chan Chan o La noche de todas las cosas y del mediometraje Zimsko Sunce. “Fuimos de las primeras generaciones de mujeres en España a las que nos animaron a ser lo que quisiéramos: que estudiáramos, que fuéramos mujeres independientes, mujeres del futuro…”, señala la cineasta, directora del documental Horta.
Pilar Palomero nos introduce con enorme habilidad y sabiduría en el mundo incierto, curioso y fascinante de unas niñas que están dejando de serlo para asomarse a la adolescencia. Nos impresiona mucho el trabajo de la cineasta con las jóvenes actrices ofreciéndonos unas interpretaciones y unos diálogos sin artificios y valientes. Otro gran acierto de la directora ha sido el contar con una actriz de tanto fuste como es Natalia de Molina, tan dispuesta a ser la estrella de cualquier película como, en este caso, a erigirse en el muro y el consuelo de la protagonista, una brillante promesa llamada Andrea Fandos.