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04-10-2022


Los estrenos del 6 de octubre


‘Los renglones torcidos de Dios’

INTRIGA EN EL SANATORIO



ALBERTO ÚBEDA-PORTUGUÉS

Una de las películas más comentadas del Festival de San Sebastián ha sido esta fenomenal y endiablada intriga en un hospital psiquiátrico. La firma con su inigualable estilo Oriol Paulo, quien pone al timón del reparto a dos estrellas de nuestro cine: Bárbara Lennie y Eduard Fernández. Basada en la novela homónima de Torcuato Luca de Tena, publicada en 1979, Los renglones torcidos de Dios la han producido Atresmedia Cine, Nostromo Pictures, Warner Bros. Pictures España y Filmayer.


   1979. Alice, una investigadora privada, ingresa en un psiquiátrico simulando una paranoia para recabar pruebas del caso en el que trabaja: la muerte de un interno en oscuras circunstancias. Sin embargo, la realidad a la que se enfrentará durante su encierro la desbordará, hasta el punto de llegar a poner en duda su cordura. El curso de los acontecimientos la hará pasar de detective a sospechosa en un juego de pistas en el que nada es lo que parece.



   “Nadie como Bárbara podía encarnar a Alice Gould. Por su talento, su magnetismo, su inteligencia, su elegancia y ese halo misterioso que siempre la acompaña. Los renglones torcidos de Dios, no lo voy a negar, está ideada y ejecutada pensando en Bárbara Lennie”, admite Oriol Paulo sobre la actriz, que ganó el Goya por Magical Girl (Carlos Vermut). Desde entonces ha brindado sobresalientes interpretaciones en María (y los demás) (Nely Reguera), El reino (Rodrigo Sorogoyen) o la aún inédita El agua (Elena López Riera). 


   “Sobre Samuel Alvar, el director del centro sanitario, iba a recaer toda la confrontación con Alice. Era imprescindible la presencia de Eduard Fernández, que aseguraría a Alice/Bárbara Lennie un digno rival en la lucha de egos”, alaba el cineasta al actor. Atesora tres Goyas, el último por Mientras dure la guerra (Alejandro Amenábar), e interpretaciones meritorias en Mediterráneo (Marcel Barrena), El hombre de las mil caras (Alberto Rodríguez) o las series La zona y 30 monedas


   También resulta relevante el rol de Loreto Mauleón (en las series El secreto de Puente Viejo y Patria) como subdirectora del sanatorio. Javier Beltrán (en los largometrajes Las leyes del frontera y Modelo 77) hace aquí de jefe de servicios clínicos. Federico Aguado (en las series Mar de plástico y La peste) es mano derecha de Alvar/Eduard Fernández. Antonio Buíl (de la serie HIT) encarna a un comisario. A Pablo Derqui (protagonista a las órdenes de Mar Targarona de la película Dos) le vemos en la piel de un interno que se amiga con Alice/Bárbara Lennie. Y Adelfa Calvo (Goya por El autor, de Manuel Martín Cuenca) es la jefa de personal.



Descenso a los infiernos

Los renglones torcidos de Dios supone para mí una manera de abordar un proyecto distinta a mi habitual lugar de confort. El thriller es una excusa más que nunca para indagar en el descenso a los infiernos de un personaje, y el drama va cobrando presencia. La película es una sinfonía en tres actos. El primero es el thriller. El segundo, el drama. Y el tercero, la locura”, señala Oriol Paulo. Su filmografía incluye éxitos de taquilla como El cuerpo, Contratiempo y Durante la tormenta. “Recrear un sanatorio en tiempos de Transición era un reto mayúsculo en una película en la que se habla de la vieja y la nueva psiquiatría, con el telón de fondo de los restos del franquismo, que iban desapareciendo muy lentamente”, afirma el también director de la celebrada serie El inocente, que encabezaron Mario Casas, Alexandra Jiménez, Jose Coronado y Aura Garrido.


   Paulo adaptó la novela con la ayuda del dramaturgo Guillem Clua. “Hemos intentado modernizar la narración para verla con los ojos del siglo XXI. Y huimos de propuestas imposibles de superar, como Shutter Island (Martin Scorsese) o Alguien voló sobre el nido de cuco (Milos Forman)”, manifiesta el coguionista del thriller de 2010 Los ojos de Julia (Guillem Morales).


   Como si fuera una apasionante partida de ajedrez, los bien construidos y maravillosamente interpretados personajes de Bárbara Lennie y Eduard Fernández intentan durante todo el metraje desacreditarse mutuamente y que la turbadora verdad de lo que sucede en el sanatorio provoque la caída del otro. Pero Oriol Paulo mantiene la intriga con enorme habilidad hasta el último plano. No debemos movernos de la butaca ni un milímetro para que así quede satisfecha nuestra insaciable curiosidad por esta historia que nos envuelve hasta límites insospechados.

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