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06-02-2017

(Fotografía: Enrique Cidoncha)

(Fotografía: Enrique Cidoncha)


Manolo Solo


Cinco minutos gloriosos aprovechados desde el primer suspiro
 

TITO ANTÓN
Morir apuñalado brutalmente a manos de un Antonio de la Torre sediento de venganza, cuando lo habitual es verle en el registro de hombre contenido y ensimismado, es un lujo al alcance de pocos. Le ha correspondido a Manolo Solo, algecireño de 52 años que se metió en la piel de Triana, el decadente dueño de un club de boxeo con una voz aflautada capaz de sugerir patetismo desde el primer fotograma de cinco minutos sencillamente imborrables. Manuel Fernández Serrano acumulaba muchos pequeños grandes éxitos interpretativos a lo largo de su dilatada trayectoria (entre ellos, dos galardones al mejor actor en el Premio Versión Española/AISGE), pero su irrupción en la ópera prima de Raúl Arévalo constituye una consagración incontestable.

   Comenzó el gaditano este mes de gloria ironizando sobre los errores que aún se cometen a veces al mencionarlo: “Ya no me va a importar que me sigáis llamando Manolo Soto”, rezongó, a modo de reivindicación orgullosa, con el Feroz de la crítica entre las manos. La misma semana de los Goya, tras repetir fortuna con la Medalla del CEC, alabó a Arévalo y su coguionista, David Pulido, “por haber hecho algo tremendo”. Y el sábado, ya con el cabezón más codiciado entre las manos, necesitó suspirar, toser y soltar alguna interjección antes de articular su discurso. Como es habitual en él, la ironía estuvo presente en sus palabras a la hora de alabar, como es habitual, a sus compañeros de candidatura: “Tenía tres cracks enfrente [Karra Elejalde, Javier Gutiérrez, Javier Pereira] y lo siento por vosotros. ¡Pero lo siento solo en parte, que todos ya teníais algún Goya!”. Dijo sentirse “orgullosísimo” de su presencia en Tarde para la ira, agradeció a Arévalo “la libertad que me dio para tirarme al barranco” e intercaló una reflexión casi espiritual: “No soy místico ni esotérico, pero he notado el cariño de la gente a través de este personaje”.
 

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