• La primera página web a la que le echo un vistazo cada día… es Twitter.
• El objeto más preciado que tengo por casa… es una planta africana.
• Las horas se me pasan volando cuando… estoy de viaje.
• Una manía que no puedo evitar… es doblar todas las mantas de la casa y colocar bien los cojines del sofá.
• No me acuesto sin… tomar un té.
• Jamás podré olvidar el momento en que… me llamaron para participar en Seis hermanas.
• El juguete que me volvía loca de niña… era la Barbie.
• Mi primer recuerdo televisivo… Espinete.
• La interpretación me ha cambiado… la vida.
• La última vez que un admirador me sorprendió... estaba en la cola del supermercado.
• Cuando necesito suerte llevo conmigo… No creo en esas cosas. Simplemente hablo con mi chico, él me da suerte.
• Soy un absoluto desastre... por perder las llaves de casa.
• La última vez que pasé vergüenza... fue cuando a mi perro le dio por ladrar en la calle.
• La app más reciente a la que he hecho hueco en mi móvil… es TripAdvisor.
• Flipo por la casualidad de… que el mundo es muy pequeño y siempre tienes amigos o conocidos en común con alguien.
• No tengo pelos en la lengua para hablar de… sentimientos.
• La gente se parte de risa cuando... me da por hacer tonterías con los compañeros en el plató.
• A veces me miran como un bicho raro por… llenar los márgenes de mis secuencias con millones de anotaciones.
• Menudo susto me llevé cuando… me robaron el móvil en un festival de música hace dos años.
• Un personaje histórico con el que me habría tomado un café… Ana Karenina.
• No me resisto cuando en la carta de un restaurante veo… sushi.
• Regresaría mil veces a… Londres.
• Quien más se aproxima a mi concepto ideal de belleza… es mi madre.
• Confieso que me bloquea el miedo a… no trabajar.
• Quisiera parecerme a… mi abuela.
• Cuando me muera... me gustaría tener cerca a toda la gente a la que quiero.
• Me alegraría ser recordada como... una persona generosa y comprometida.
Tarde tras tarde se asoma a los hogares españoles con la serie de época de TVE Seis hermanas, que la traslada al Madrid del año 1913 en la piel de Blanca Silva, una de las hijas de un empresario cuya fortuna debe al sector textil. Su belleza y carácter sociable la convierten en una señorita conocida entre la alta sociedad, pero para ella la única prioridad es el compromiso e inminente boda con un banquero enmadrado de nombre Rodolfo Loygorri (Fernando Andina). Es lo que le dicta la conciencia propia de una educación exquisita, así que le desconcierta admirarl atento hermano de su futuro marido: el doctor Cristóbal (Álex Gadea). Él la trata como algo más que una mujer florero, ya que es demasiado adelantado para las convenciones sociales de entonces. Además de ese dilema, la vida despreocupada se esfuma cuando el fallecimiento de su progenitor la deja al frente de la fábrica familiar y empieza a encontrarse gravemente enferma, incluso con peligro de muerte.
Turbulencias sentimentales ya experimentó mientras estuvo en Amar es para siempre, donde su Lucía Martínez mantenía un idilio en secreto con el perverso Augusto Lloveras (Antonio Garrido), quien la había contratado como secretaria. Ese hombre de negocios se endureció al combatir contra el comunismo en Rusia durante la Segunda Guerra Mundial y era capaz de cometer cualquier crimen con tal de quedarse con la fortuna de una joven diseñadora de moda.
De su última aventura escénica se despidió tras saborear un éxito apabullante desde el verano de 2014. Y es que la comedia romántica Amores minúsculos se erigió en espectáculo revelación a ojos de numerosos críticos, con un reparto coral en el que se encargó de poner cara a la misteriosa Eva. Como creía saber con certeza la fecha en que moriría, quería disfrutar al máximo del día a día junto a un chico dispuesto a aguantar sus rarezas... Y se cruzaba con Jaime, un aspirante a novelista que buscaba la inspiración. Semejante fenómeno la sorprendió después de probar el teatro en pequeño formato con La noche de las flores, una propuesta formada por sucesivos episodios en torno a un tema: el retorno de un personaje a la casa que abandonó tiempo atrás y su reacción ante los grandes cambios que provoca el paso del tiempo. La acompañaron entonces María Ballesteros o Joan Carles Suau, que había sido su previamente su partenaire en la obra dramática Norway.Today, para la cual ejerció también de productora. Presentaba a una veinteañera exhausta que hallaba a través de un chat a alguien con quien dar el paso de suicidarse, y un fiordo de 600 metros de altitud les parecía un buen lugar donde hacerlo.
Por Rubén del Palacio