Libertad teatral, censura cinematográfica
JAVIER OCAÑA
Los caprichos de la censura durante el franquismo llegaron a uno de sus casos más extremos en el año 1966 con Mayores con reparos, una película de Fernando Fernán Gómez que sufrió la amputación completa de uno de sus tres episodios. Sin embargo, la obra de teatro en la que se basaba, de Juan José Alonso Millán y estrenada solo un año antes en el teatro Reina Victoria de Madrid, lo hizo sin intromisiones censoras.
Ideada por el prolífico Alonso Millán, dramaturgo y guionista especializado en piezas de objetivos populares, Mayores con reparos era un acercamiento al españolito de provincias y a sus puntuales viajes a Madrid, con 'obligada' visita a los cabarés, lugares míticos en la España de la época, a medio camino entre el local nocturno de copas y el prostíbulo. Contenía tres historias, correspondientes a cada uno de los actos de la obra, con la curiosidad de que los seis personajes eran interpretados únicamente por una mujer y un hombre: en este caso, el propio Fernán Gómez, que también dirigió el montaje teatral, y Analía Gadé, que era entonces su pareja artística y sentimental.
El episodio protagonizado por una prostituta argentina engañada por su chulo, a quien acaba dando una importante cantidad de dinero para curar a su madre paralítica (e inexistente), fue radicalmente prohibido cuando ya había sido filmado. De modo que Fernán Gómez, director también de la película, debió no solo cortar 35 minutos, sino improvisar a toda mecha un nuevo episodio que sustituyera al prohibido. Ese pasaje, el segundo del metraje de Mayores con reparos, fue escrito por Fernán Gómez y no por Alonso Millán.