twitter instagram facebook
Versión imprimir
17-05-2016

 
Una serie sobre filósofos
(sí, han leído bien)


‘Merlí’, con el gran Francesc Orella y sus jóvenes “peripatéticos”, acierta en el centro de la diana y dará el salto de TV3 a La Sexta



SERGIO GARRIDO PIZARROSO
Ahora parece que no podemos vivir sin las nuevas tecnologías. El móvil se ha convertido en una parte más de nuestro cuerpo y el ansia por compartir cada minuto de nuestra vida en las redes sociales es una tarea imperante. Pero… ¿alguien ha intentado hacer la prueba de estar todo una jornada sin teléfono inteligente ni Internet? ¿Una sola jornada relajando la mente y pensando a nuestro aire?
 
   Quizás es que las reflexiones hoy en día también tienen que ser instantáneas. Quizás es verdad eso de que el espacio que se dedica a la filosofía, la sabiduría, el pensamiento o las humanidades es menor. Yo diría más: ese espacio apenas ocupa 140 caracteres.
 
   Todo ello me vino a la mente cuando leía una noticia sobre la escasa importancia que se le concede en las aulas españolas a las asignaturas artísticas. Y parece mentira que fuera eso la mal llamada “caja tonta” lo que me hiciera no perder la esperanza. Porque fue ahí donde descubrí que el amor por la sabiduría puede encontrar nuevos huecos por los que difundirse. Me bastó un capítulo de Merlí, la serie de TV3 que próximamente estrenará La Sexta, dirigida por el cineasta Eduard Cortés, para convencerme de que la televisión puede ser un aparato muy inteligente.
 
 
 

Francesc Orella (foto: Pau Fabregat)

Francesc Orella (foto: Pau Fabregat)

 
 
   Esta ficción catalana, idea original de Héctor Lozano, se centra en la figura de un profesor de filosofía de bachillerato con una metodología de enseñanza poco convencional. Merlí Bergerón, al que da vida Francesc Orella, intentará que sus chicos piensen por sí mismos, se lo cuestionen todo y aprecien la tolerancia, la igualdad o la diversidad. Cada capítulo lleva por título el nombre de un filósofo y el propio Merlí bautizará a sus chavales como “los peripatéticos”. Entrega a entrega, el espectador no solo descubre la vida en las aulas en pleno 2016, sino que profundizará en temas como el bullying, el autoritarismo paterno, la homosexualidad o los problemas psicológicos de los adolescentes. Y todo, abordado desde una perspectiva fresca y diferente a lo que la pequeña pantalla nos tiene acostumbrados.
 
   Los datos de audiencia parecen acompañar, de momento. Por eso podemos decir más fuerte que sí, que en la televisión no solo hay espacio para entretener, sino para reflexionar. Esperemos que un día no tengamos que sustituir con televisión aquello que no parece importar en los planes de enseñanza. ¡Qué gran atrevimiento el de nuestra “caja tonta”!
 
 
 
 
 
 
 
 

Versión imprimir

Contenidos Relacionados