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10-01-2023

Mi lugar en el mundo



Pepe Ocio encuentra en Vejer de la Frontera un segundo hogar

 


La autenticidad del pueblo y la tolerancia de su gente. Estar cerca del mar sin sufrir el jaleo típico del turismo de playa. La comida, los patios. Todas esas son razones por las que el actor madrileño profesa devoción a este rincón de la provincia de Cádiz, donde además ha recibido buenas noticias profesionales durante sus vacaciones



¿Un lugar al que siempre regreso? Vejer de la Frontera, en Cádiz. Llevo nueve veranos consecutivos yendo, incluido el de 2020, a pesar de las circunstancias. La primera vez que pisé el pueblo fue en 2004. Alquilé una casa con amigos para pasar unos días y recuerdo que en aquel momento era bonito, pero no tanto como en la actualidad. Algo tuvo que atraparme, ya que una década después regresé y desde entonces se ha convertido en mi destino vacacional. Hoy no descarto que a corto plazo sea mi segunda residencia

 

   En 2014 tenía la boda de un amigo en Cádiz. Ese año estaba mirando lugar de vacaciones con mi pareja y nos había pillado el toro: ya estaba todo por las nubes. Habíamos pasado muchos veranos con mi familia en Menorca, pero además de que los precios eran elevados, para entonces la isla se había saturado de gente. Y a mí no me atraen las aglomeraciones ni los sitios que se ponen de moda

 

Un pueblo encantador

Con ese panorama, se me vino a la cabeza aquella vez que estuve en Vejer, un pueblo sin playa pero con mucho encanto. Y con gente muy maja. Por casualidades de la vida, coincidí con una amiga que aseguraba que el municipio había dado un buen salto gracias a algunas personas que estaban abriendo galerías de arte y creando nuevos espacios que aportaran algo distinto. 

 

   Esa conversación, unida a la buena sensación que yo conservaba, nos animó a escaparnos unas semanas a Vejer. Estuvimos en un hotel y nos gustó tanto… Es un lugar precioso con dos cosas importantes para mí: no tiene turismo de costa, con lo que te evitas un entorno tipo Magaluf, y además ofrece buen ambiente para cenas, salir de copas… 

 

   Cuando encuentro un lugar que me gusta, lo siento como si fuera mi segunda casa. Con mis padres viajaba cada verano a un sitio. Mi familia tiene una casita en Moraira (Alicante) a la que hemos ido algunos veranos, pero siento que no he tenido nunca un destino fijo de vacaciones. Y Vejer se ha ido convirtiendo poco a poco en eso.



Cuidados materiales e inmateriales 

Si algo bueno tiene la localidad, es la tolerancia de sus hospitalarios vecinos. Te puedes encontrar con personas muy diferentes, con todo tipo de familias, de relaciones. Confieso que soy muy fiel, tanto a las personas como a los sitios, que considero mi hogar si estoy a gusto en ellos. 

 

   En mi opinión, Vejer también es especial por el valor que su gente le da al entorno. Me encanta cómo se integra la muralla en el pueblo. Y los patios me parecen alucinantes. Me gusta ver cómo puedes crear algo tan sumamente bonito a base de algo tan sencillo como poner plantas y cuidarlas. No hay patio feo. Además, a quienes viven en ellos les gusta enseñarlos y hacerte partícipe de ellos. 



¡Al rico atún gaditano!

Sé que también vengo a estas dos páginas para recomendar cosas que hacer. Mi sugerencia para comer sería el restaurante Marengo: tiene un atún que está exquisito. Este verano descubrimos otro restaurante que merece la pena solo por sus vistas, La Judería, en la parte más alta del caserío. La comida está muy rica, pero lo más impresionante es su terraza. ¡Qué lujo disfrutar de esa panorámica mientras cenas a la caída del sol!

 

   Siempre aconsejo cenar temprano e ir a tomar el postre a la heladería El Mastrén. ¡Los mejores helados que he probado en mi vida!


   Desde Vejer te escapas a la playa sin que el trayecto se te haga muy pesado. El Palmar, Bolonia o Los Caños de Meca son playas que hay que visitar. Sí o sí. Pero si buscas un sitio especial, elige Los Caños.



Los pueblos también cambian

Al llevar tanto tiempo visitando la localidad, me cuesta hacer recomendaciones concretas. Cada año que voy, descubro nuevas cosas. Aunque parezca que no, los pueblos también cambian. He notado, por ejemplo, que cada vez hay más turistas. Si nos hablan de un lugar, todos queremos visitarlo, y entiendo que eso es gasolina para un pueblo, pero percibo cambios en las pequeñas cosas. En algunos restaurantes se han amadrileñado, y con eso se pierde la calma y la improvisación que tan bien gestionan los andaluces.

 

   Esto todavía no ha cambiado mi concepción de Vejer. De hecho, es la opción que barajo para cuando me canse de vivir en Madrid. O para pasar los meses en los que no tenga trabajo. Casualmente, durante mis estancias allí me han dado buenas noticias profesionales. A los actores no nos queda otro remedio que vivir acostumbrados a los noes, y algunos síes muy importantes han llegado a mi vida en Vejer. Sucedió este verano; el anterior, también…

 

Así se lo ha contado a Luis Miguel Rojas Navas







(*) Sobre Pepe Ocio


Su trabajo en Camino (Javier Fesser) supuso su primer hito cinematográfico, hasta el punto de valerle una nominación a los premios de la Unión de Actores como actor de reparto. Desde entonces ha aparecido en películas como Selfie (Víctor García León), El reino (Rodrigo Sorogoyen), Tiempo después (José Luis Cuerda) o El cover (Secun de la Rosa). El desaparecido Roberto Pérez Toledo le dirigió en Como la espuma y la póstuma Lugares a los que nunca hemos ido. En televisión ha tenido participaciones destacadas gracias a las series Amar en tiempos revueltosAlta marRuiz-Mateos: el primer fenómeno viral o la reciente ¡García! Próximamente le veremos en la segunda temporada de Rapa. Encima del escenario ha representado éxitos como Cuando deje de llover y Las cosas que sé que son verdad (ambas dirigidas por Julián Fuentes Reta), Lluvia constante (David Serrano), Smoking room (Roger Gual) o El funeral (Manuel Velasco).

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