¡SELFI! • UN CUESTIONARIO PARA NO CORTARSE UN PELO
Mina El Hammani
comer espetos en el puerto de su pueblo marroquí y deletrear palabras mentalmente
• Después de levantarme... le doy los buenos días a mi gato Makki, pongo música (casi siempre Beyoncé) y preparo café.
• La primera web a la que echo un vistazo cada día… es la de PlayGround.
• El objeto más preciado que tengo por casa… es un cuadro que me regalaron mis compañeras y compañeros de Servir y proteger. Y los guiones que he ido conservando todos estos años.
• Las horas se me pasan volando si… actúo y estoy con mi gente.
• Una manía imposible de evitar… Deletrear palabras en mi cabeza.
• No puedo acostarme sin… desmaquillarme y beber un vaso de agua.
• Jamás olvidaré el momento en que… me llamó mi representante, Elena Lázaro, para comunicarme que contaban conmigo para El Príncipe. Estaba trabajando en el Palacio de los Deportes como acomodadora y no podía atender el teléfono, así que me fui al baño para llamarla y no pude evitar ponerme a llorar de felicidad por la noticia.
• El juguete que me volvía loca en la infancia… era un coche teledirigido.
• Mi primer recuerdo televisivo… Cuando tenía siete años una vecina avisó a mi madre de que estaban buscando a una niña con mi perfil para una serie. Y como yo empezaba a sentirme atraída por esta profesión, accedí a presentarme. Preparé el casting con mi vecina durante una semana, y aunque al final no pude presentarme por cuestiones ajenas a mí, me encantó esa primera toma de contacto con el mundo de la ficción. Pero me alegro de que mi carrera haya empezado más adelante, de forma madura y con la formación necesaria.
• La interpretación me ha cambiado… en todos los aspectos. Es un modo de vida. Ponerte en la piel de los personajes te da la opción de vivir situaciones de todo tipo y cuestionarte muchas cosas. Es un proceso de aprendizaje que nunca termina.
• La última vez que un admirador me sorprendió... Hace unos días iba en el metro y una chica que me recordó mucho a mi Nadia de Élite se sentó a mi lado. Empezamos a compartir opiniones sobre la serie. Me hizo mucha ilusión que me dijera que era de Palestina y que agradecía tener un reflejo en la ficción que le daba valor para elegir en muchos aspectos de su vida.
• Si necesito suerte, llevo conmigo… mi collar con la mano de Fátima. Siempre es un apoyo para mí. Me conecta con mis raíces, y también con mi madre, quien me lo regaló.
• Soy un absoluto desastre... para organizar viajes.
• Paso vergüenza por... Soy muy mala recordando nombres. A veces me da apuro que alguien hable conmigo y yo no recuerde cómo se llama.
• La app más reciente a la que he hecho hueco en mi móvil… ING Direct.
• Flipé por la casualidad de... que me llamasen para el personaje de Nadia justo el día de mi última grabación en Servir y proteger. ¡Y además era mi cumpleaños!
• No tengo pelos en la lengua para hablar de… cualquier asunto que me parezca injusto, defendiendo siempre el diálogo.
• La gente se parte de risa cuando cuento... cualquier cosa que me haya pasado. Según dicen mis amigos, no es por lo que cuento, sino por cómo lo cuento.
• Suelen mirarme con extrañeza… porque como mezclando lo dulce y lo salado. ¿A quién no le gusta mezclar un helado con un trozo de pizza?
• Me llevé un sustazo cuando… iba en el metro de Londres hacia el aeropuerto y una de las amigas con las que viajaba perdió el bolso con la documentación. No cogimos el avión, pero disfrutamos de unos días más en la ciudad.
• Un personaje histórico con el que me habría tomado un café… La actriz Hedy Lamarr. No solo admiro su trayectoria como intérprete, sino que fue un referente para la ciencia. Le debemos muchos de los avances tecnológicos que tenemos, y debió luchar para que se reconociera su trabajo en un ámbito liderado por hombres en el que no había espacio para una artista tan aparente.
• No me resisto al ver en la carta de un restaurante… croquetas.
• Regresaría mil veces… al puerto de mi pueblo en Marruecos para comerme unos espetos.
• Quien más se aproxima a mi concepto de belleza… es Alicia Keys, por su naturalidad.
• Me bloquea el miedo… hablar en público.
• Quisiera parecerme... a las mujeres valientes que algún día lucharon por lo que quisieron y llegaron a conseguirlo.
• Cuando me muera... me gustaría que mi familia y amigos hicieran una fiesta para celebrar la vida y los buenos momentos que hayamos pasado.
• Me gustaría que me recordaran por... haber compartido tanto buenos como malos momentos con la gente que me quiere.
Así se lo ha contado a Héctor Martín Rodrigo
El nombre y la cara de Mina El Hammani (Madrid, 1993) copan portadas en revistas de referencia. A veces ella sola, a veces al lado de sus compañeros de la estruendosa serie Élite, convertida ya en fenómeno de masas gracias a Netflix. Desde el mundo entero siguen las peripecias de su Nadia en el prestigioso instituto Las Encinas, al cual acude como alumna palestina en pleno proceso de cambio: está tomando las riendas de su vida mientras intenta zafarse de la opresión doméstica. Pero en esa rebeldía contra la sumisión de la mujer en la cultura musulmana no pierde la fe en su religión ni renuncia al hiyab. Muestra de su efervescencia interior es el enamoramiento y el deseo sexual que experimenta por Guzmán (el personaje de Miguel Bernardeau), que es el líder de la pandilla. Su carácter perfeccionista está en concordancia con el ambicioso objetivo de trabajar como diplomática o traductora para la ONU.
A las aulas llegó tras ser camarera junto a Pepa Aniorte en el bar La Parra de Servir y proteger, un local frecuentado por los policías de la cercana comisaría. En esa producción diaria conoció la dinámica trepidante de estudiar más de 70 páginas de guion en un fin de semana y grabar más de 10 secuencias por jornada. Siguiendo semejante ritmo, a su Salima le daba tiempo a vivir todo tipo de situaciones, desde sufrir una estafa a ser secuestrada por un empleado del bar, aunque su paso por la pantalla de TVE terminó con final feliz: su noviazgo con un miembro de una ONG llamado Eugenio (el papel de Mariano Estudillo) avanzaba hacia el matrimonio e iniciaban una nueva vida en Guatemala.
Admite que el éxito de Hiba Abouk le animó en su salto interpretativo, y con ella trabajó durante la segunda temporada de El Príncipe, en la que tuvo ocasión de codearse con un reparto de verdadera altura. Su Nur trabajaba de cocinera para el matrimonio que formaban el terrorista Khaled (Stany Coppet) y la maestra Fátima (Abouk), pero su vida sosegada en la mansión se trastocaría con un episodio infernal cuando el jefe la tomaba como rehén junto a su amado Paco (Jesús Castro) y la propia Fátima, pues el agente Morey (Álex González) acudía al rescate de esta última antes de que su esposo se la llevara a Marruecos contra su voluntad. El currículum de esta actriz eminentemente televisiva lo completan apariciones puntuales en producciones como La que se avecina o Centro médico.
Fuera de la pequeña pantalla puede presumir de haber representado para el Centro Dramático Nacional y a las órdenes de Luis Luque el sureño thriller rural de Paco Bezerra Dentro de la tierra. Sobre las tablas se puso en la piel de la inmigrante marroquí Farida, una trabajadora del campo sin papeles y traficante de hachís a pequeña escala, de quien estaba enamorado el protagonista. La desaparición de ella y el misterioso invernadero familiar donde estaba terminantemente prohibido entrar constituían los detonantes de la peligrosa investigación que el chaval se atrevía a emprender... Peligrosa por el entorno opresivo, xenófobo y supersticioso. Compartió entonces cartel con intérpretes de la talla de Julieta Serrano o Pepa Rus.