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10-10-2022

#MuchaVidaQueContar

Los minidocumentales de la Fundación AISGE 

  

Manuel Galiana: "No sé si tengo motivos para la esperanza, pero sí para la resistencia"

  

  Lo ha conquistado todo sobre las tablas y aún suspira por el refrendo de un Goya a su faceta audiovisual. La tele también le adora, como demuestra en 'Sentimos las molestias'. Y los discípulos le proliferan en la sala que lleva su nombre

  


Realización y edición: ASIA MARTÍN

Cada martes imparte clases de interpretación en la sala madrileña que lleva su nombre. De su sabiduría han bebido numerosos alumnos que han desfilado por ese Estudio 2 - Manuel Galiana y que, a base de ir cosechando premios amateur con la compañía Martes Teatro, se han incorporado a la escena de forma profesional como intérpretes, directores o autores. “Esa es mi gran satisfacción de abuelo”, ríe el incansable artista madrileño. Y también su aportación a la resistencia de un oficio para el que no vislumbra claros motivos de esperanza. “Si al menos resistimos", anota, "no nos barrerán. Los actores son necesarios, son servidores sociales. Hablan a la gente de la propia condición humana, de su historia y de su presente, el teatro es la memoria de la humanidad".


   Tan poderosa es la fantasía de aquel niño que se contaba historias a sí mismo que hoy, a sus 81 años, mantiene el equilibrio encima de esa cuerda floja que es el escenario. Así lo entiende él, como escribió Goethe: el escenario debe ser un espacio estrecho por el que solo los verdaderamente talentosos sean capaces de transitar. Y si se tiene el talento, requiere de entrenamiento a diario, sin importar la edad. Por eso a Galiana le ofusca que los trabajos de los actores y actrices jubilados vayan en detrimento de sus pensiones. Reclama con absoluta nitidez mayor compatibilidad al respecto.



En su juventud, junto a Emilio Gutiérrez Caba


   De espectador en el cine Elcano durante su infancia pasó a cocinarse como actor cuando Antonio Ayora, profesor de Literatura en el instituto San Isidro, creó un aula de teatro. Con la cabeza metida en el universo escénico, presenciar en 1958 la labor de Carlos Lemos para la obra Enrique IV fue la revelación definitiva.

 

   Nada desdeñable sería después su debut profesional en el teatro Bellas Artes a las órdenes de Alejandro Casona, que venía del exilio. En aquel bautismo encarnó nada menos que un personaje mudo. Sobre las tablas le descubriría Narciso Ibáñez Serrador, quien en 1964 le abrió las puertas de la televisión con el episodio de Historias para no dormir titulado El último reloj. No fue ese un capítulo más, pues gracias a él TVE inauguraba su vitrina de reconocimientos internacionales.



Con Kiti Mánver en el largometraje 'Luz de domingo'


   Pese a haber levantado el telón durante gran parte de su dilatada trayectoria, lo cierto es que Galiana concluyó sus estudios en la Escuela Oficial de Cine con premio extraordinario. Y de su experiencia en el celuloide nunca va a olvidar sus películas con José Luis Garci, especialmente Luz de domingo. Como fue el séptimo arte su primer motor, el Goya figura todavía entre sus anhelos. Sin embargo, sí puede presumir del Premio Nacional de Teatro o la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.

Dos momentos del encuentro de Manuel Galiana con el equipo de MVQC (fotos: Asia Martín)


   Emocionado por la admiración que le profesan los compañeros más jóvenes, ahora anda involucrado junto al tándem Antonio Resines-Miguel Rellán la segunda temporada de la serie tragicómica Sentimos las molestias (Movistar+). Y aún se sorprende con regalos tan bonitos como el recital que este mismo verano ofreció bajo la luna llena en la playa almeriense de Pulpí.

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