#MuchaVidaQueContar
Paloma Valdés, la chica moderna
que un día dijo adiós
Tuvo una carrera artística tan meteórica como corta. Con su aura de “chica moderna” que rompía desde muy joven los clichés de la época, protagonizó ‘La venganza de don Mendo’ y la primera gran serie que se hizo en TVE, ‘Diego de Acevedo’. Fue “un sueño maravilloso” que apenas duró diez años. Tenía otros planes para su vida y desapareció de los focos para dejar en el aire una pregunta durante más 50 años: ¿Qué fue de Paloma Valdés? Ahora vuelve para responderla
ASIA MARTÍN (Realización, vídeo, montaje y fotografías)
JUAN ANTONIO CARBAJO (Redacción y guion)
“Aún no ha cumplido los 20 y ya es famosa”. A comienzos de los sesenta la revista Triunfo certificaba así en su portada el éxito de una actriz precoz que encandilaba a las cámaras con su estilo diferente. “Tenía un aire muy moderno, tipo Brigitte Bardot, un estilo que no era típico en el cine español”, cuenta Paloma Valdés. Debutó con 16 años y con 25 decidió cambiar de vida para volver a recuperar a Pepa Filgueira, la niña de Valladolid que quería ser artista. Ahora, más de 50 años después, Paloma repasa aquel “sueño maravilloso” en el documental de la serie #MuchaVidaQueContar que le dedica la Fundación AISGE.
A punto de cumplir los 80 años, Paloma Valdés o Pepa Filgueira convive en armonía con su doble personalidad. Responde a ambos nombres sin priorizar ninguno. Ambos forman parte de su vida. Si renunció al original, dice, fue por no molestar a la parte de la familia que no veía con buenos ojos aquella “barbaridad”: una jovencita actuando. No era el caso de sus padres, que apoyaron su participación en una primera película, durante unas vacaciones de verano, tras la cual no hubo pausa. “Ya no volví al colegio, me quedé haciendo cine”.
Fue la Magdalena en la inolvidable La venganza de don Mendo que dirigió e interpretó Fernando Fernán Gómez, “un erudito, un ser privilegiado y… un gran tímido”. Un película que se quedó sin subvención porque los inspectores entendieron que “los decorados de papel no habían costado un duro”, cuenta. Paloma desgrana sus recuerdos en Los guardamarinas, de Pedro Lazaga, o en medio de “las pullitas de amigas” de Carmen Sevilla, Lola Flores y Paquita Rico en el rodaje de El balcón de la luna”.
En televisión disfrutó de la primera gran serie que se produjo en España, Diego de Acevedo, en 1966, que hizo que la “pararan por la calle” para preguntarle por el devenir de Don Diego (Paco Valladares) y su amada María Josefa de Vega (Paloma Valdés) envueltos en mil vicisitudes durante la Guerra de la Independencia.
Alternaba los Estudios 1 con las Historias para no dormir de Chicho Ibáñez Serrador, “una maestro fantástico” al que dejó plantado cuando tomó la gran decisión de su vida, en el otoño de 1968. “Me llamó para hacer su primera película y le dije: ‘Chicho, es que no voy a poder. Me caso el mes que viene y me voy a vivir a Nueva York. Y ya no voy a volver aquí”.
“Así fue, empecé la otra vida y el mundo artístico se acabó para mí”. Paloma/Pepa reflexiona en el vídeo con serenidad sobre esta encrucijada vital: “No fue algo obligado, ni en plan tragedia. No sé si serían los años, la juventud, el enamoramiento… Pero es lo que elegí y bien elegido está. Mal no me ha ido”. Confiesa que “a lo mejor alguna vez” lo ha echado un poco de menos, pero se queda con los recueros de unos años “maravillosos”, muy intensos y con “muchísimas vivencias”. Y se queda, claro, con su familia, sus cuatro hijos y ocho nietos, algunos de los cuales también dejan sus testimonio en este vídeo.