Realización y montaje: Asia Martín
Texto y entrevista: Fernando Neira
Teresa Lozano (Valencia, 1944) nunca ha sabido con certeza en qué consiste ese qué-se-yo por el que, desde bien jovencita, no paraba de hacer gracia a la concurrencia cada vez que se subía encima de un escenario. Como tantos grandes actores y actrices, Teresa era una tímida redomada que se engrandecía con el calor de las tablas y los aplausos. Y fue el mismísimo Albert Boadella, su primer profesor en los Estudis Nous de Teatre, el que formuló un diagnóstico que el tiempo refrendaría en toda su dimensión: "Esta chica tiene vis cómica". "Ni yo misma sé decir qué tecla toco para provocar la risa", confiesa la tierna y carismática actriz valenciana en esta nueva entrega de "Mucha vida que contar", la colección de minidocumentales de Asia Martín con los que la Fundación AISGE reivindica las grandes singladuras artísticas de nuestros veteranos.
En el calor y el sosiego de su hogar valenciano, y tras el monumental susto de un reciente positivo por covid ("apenas tuve síntomas, por suerte, pero acababa preocupadísima, angustiada y obsesionada cada vez que me llamaba el médico"), Lozano rebusca en su memoria y hasta en los álbumes familiares de fotos para encontrar los orígenes de su creatividad. Esos que le llevaban incluso a escribir poemillas satíricos en su diario, siempre a escondidas: Teresa percibía que la escritura lírica se le daba mucho mejor a la mayor de sus hermanas. Este nuevo minidocumental de "Mucha vida que contar" hace escala en algunos de los momentos determinantes para la carrera de Teresa: desde la difícil decisión de marcharse a estudiar interpretación a Barcelona, casi temeraria para la época ("mi madre se preocupó bastante pero no dijo nada, porque a mi padre, que era pintor, le parecía comprensible"), a las muchas horas de trabajo y confidencias con sus grandes referentes en la profesión, desde Magüi Mira (que la dirigió en una versión casi balbuceante aún de El oso, de Chejov) a Rosa Maria Sardà, Anna Lizarán o Núria Espert. Y así, hasta llegar a otra figura enorme, la de Julieta Serrano, con la que compartió una gira memorable de "Las alegres comadres de Windsor" de la que surgió "una simbiosis para toda la vida".
Lo mejor, en todo caso, es conocer la historia directamente de labios de Lozano, que en el vídeo detalla sus peripecias en torno a la precariedad laboral durante los años setenta, la experiencia de protagonizar una serie de televisión (los hilarantes 13 capítulos de Mujeres, de Félix Sabroso y Dunia Ayaso) o la humilde prudencia con la que reacciona cada vez que algún actor o actriz joven le pide consejo. "En este momento pienso que lo he hecho todo. Estoy tranquila, en mi vida también. Solo busco la tranquilidad y alguna chispa de teatro", recapitula con naturalidad desarmante nuestra protagonista de hoy, que también admite su deseo de aumentar sus experiencias profesionales en el cine, la disciplina que menos oportunidad ha tenido para desarrollar.
Ah, no se pierdan el final de este minidocumental de Asia Martín, cuando hace acto de presencia la pareja de Teresa, el arquitecto Manolo Portacelli, y ambos mantienen un delicioso intercambio de recuerdos.