La Plaza de España, el Museo Pablo Serrano o el Parque Grande José Antonio Labordeta de Zaragoza, la plaza del Torico o la Escalinata Mudéjar de Teruel o la ciudad de Boltaña de la provincia oscense son algunos de los enclaves escogidos para albergar algunas escenas de esta comedia romántica. Escenarios, asegura Lamata, que se han elegido a sí mismos: “Todas las localizaciones se aparecieron un día en mi cabeza y no se movieron de allí hasta que situé en ellas la película”, bromea. Y añade: “No hay nada más satisfactorio para mí que rodar en mi tierra”.
Lamata ('Isi/Disi, alto voltaje' o 'Tensión sexual no resuelta') promete en la trama “una historia de amor como cualquier otra, y con la que el público va a sentirse muy identificado”, pero avisa de que la ha contado desde un punto de vista más realista y huyendo de los finales felices “porque sí”. Y es que, a su juicio, las comedias románticas convencionales “son excesivamente dulzonas y parecen obligadas a terminar con un final feliz que, muchas veces, no hay quien se crea”. Nuestros amantes habla del amor romántico desde una perspectiva original, llamando a las cosas por su nombre. “Una comedia romántica también puede doler, escocer... El amor es así”, resume el realizador.