– Al haber pasado por comedias exitosas, ¿considera que existe un humor típicamente español?
– El humor no se puede imitar. Las circunstancias de cada país son necesarias para hacerlo. Por mucho que te quieras parecer a Estados Unidos, no compartimos el contexto. Sí es verdad que parece que allí saben dar con la clave muy rápido: te ponen Big bang theory o Modern family y no sabes cómo lo han hecho. Aquí tenemos los casos evidentes de La que se avecina o Aída, que son muy auténticas y tienen un humor muy español.
– El mejor ejemplo quizá sea el de Secundina, su personaje en Gym Tony.
– Me dio la vida. Hacer eso en televisión no me va a volver a pasar en la vida. Fue una serie muy dura, puesto que era diaria, pero nos lo pasábamos genial. En el fondo, la comedia tiene mucho que ver con eso, el buen rollo favorece que todo fluya más fácilmente.
– También la hemos visto en papeles dramáticos, como el de El tiempo entre costuras o el de la actual Tiempos de guerra. ¿Se le hace difícil el cambio?
– Para nada. Lo fundamental es hacer un buen análisis y saber hacia dónde vas. Todos lloramos por lo mismo, pero no nos reímos por lo mismo, el sentido del humor es muy particular. Se puede llegar de forma más fácil al espectador con el drama que con la comedia. Ahí está su gran dificultad.
– En Insolación, la adaptación al teatro de la obra de Emilia Pardo Bazán, interpretaba a tres mujeres de armas tomar. ¿Qué ha aprendido?
– Sobre todo que, poco a poco, estamos teniendo más peso en la industria. Hubo un momento en que fuimos la hermana de, la hija de o la amante de, pero la cosa está cambiando. Un personaje masculino no tiene que estar vinculado a una mujer: puede empezar y terminar con un desarrollo sin que su relación personal le afecte.
– En los últimos años ha surgido una oleada importante de directoras.
– Es un proceso lento porque, en cierto modo, a la mujer se le permite hacer ese tipo de cosas. Y suena muy fuerte decir que se le permite, pero es así, ya que sigue siendo muy complicado acceder a un presupuesto o a una producción. También las actrices necesitamos personajes completos. Al final haces de todo porque tienes que trabajar, pero cuando encarnas a una mujer a la que la fuerza le viene de ella misma lo disfrutas más.