Piensa este cofundador de Filmin que «los términos 'producto' y 'consumir' denigran la calidad de las obras». Y considera que no siempre hay que poner la atención en la comercialidad: «Las obligaciones económicas nos llevan a obviar que detrás de una película ha habido mucho esfuerzo de numerosas personas, y que a esas personas no solo les ha movido el dinero, sino también el hecho de tener algo que contar». Esa filosofía la ha aplicado a su plataforma, que nació hace ya 17 años. Filmin ha sido capaz de sobrevivir a la llegada de los gigantes extranjeros compitiendo con una identidad propia. ¿Cuál es? Ofrecer un catálogo cuidado a los usuarios y mantener con ellos un trato cercano. Aquí son imprescindibles el amor por el cine y el rol de prescriptor. Como ocurría antes en los videoclubes. De hecho, Ripoll se crio en uno de esos negocios.
Esta guionista es madrileña, pero encontró el sosiego en un pueblecito de la costa de Asturias en tiempos de la pandemia. Y allí sigue residiendo hoy. Su vida ha estado siempre ligada a la escritura. Primero, con los guiones. Su nombre aparece en los de películas tan relevantes como 'Te doy mis ojos', 'La vida empieza hoy', 'Chicas nuevas 24 horas' y 'La boda de Rosa'. Los terrenos en que ha desarrollado su trayectoria la llevan a afirmar lo siguiente: "Sé lo que esta industria espera de mí. Si mañana presentara un texto de aventuras espaciales, no lo leerían". Ahora amplía horizontes explorando el arte de la novela. Y advierte sobre la desfavorable situación de la mujer en la industria audiovisual, desde la falta de oportunidades para las actrices maduras al empeño de compensar guiones de autoría femenina con su posterior dirección masculina.
No quiere olvidar la vida de sacrificios de los actores pese a estár viviendo el mejor momento de su carrera. Ahora sabe que sí hay motivos para la esperanza, y lo dice ella, que llegó a actuar para una sola espectadora. El éxito por medio mundo se lo debe a la película francesa 'Emilia Pérez', en la que encarna su primer personaje trans tras su transición. Gracias a ese filme salió victoriosa del Festival de Cannes junto a sus compañeras de reparto, Zoe Saldaña y Selena Gómez, con quienes representará a Francia en los próximos Óscar. Y el país vecino ha recibido incluso la Orden de las Artes y las Letras. Tiene bastante experiencia en telenovelas de México, donde se siente queridísima, pero se confiesa alejada de los histrionismos. Y eso le ha costado conflictos con más de un director. Su método es sencillo: trabaja sobre todo para su compañero de escena. Porque en función de la mira que reciba, encamina su interpretación por un derrotero u otro. Pura generosidad.
Hijo de realizador (Fernando Trueba) y productora (Cristina Huete), y sobrino del también director y novelista David Trueba, era lo lógico que este madrileño de la cosecha del 81 nos saliera multifacético. Apenas lleva tres lustros dirigiendo, pero sabe y escucha mucho y transita ya por su octava película, Volveréis, que además llegó con la bendición del Festival de Cannes debajo del brazo. A él le incomoda "sentir el foco de la atención", porque lo suyo es cine de autor y artesano, a la manera de Renoir. Y en esta extensísima entrevista no priva de mostrar sin remilgos su ideario. Dice respetar a Bayona y La sociedad de la nieve, pero avisa: "No podemos depender de Netflix. Somos siempre dependientes, pero hay que elegir de quién quieres depender. Yo no quiero depender de una corporación multinacional que no sé ni quién está detrás ni sé dónde están y qué van a cambiar".
De ser una de las primeras mujeres en la 'stand-up comedy' en televisión a dar vida todas las tardes a Rosina durante seis años en 'Acacias 38'. La actriz (también dramaturga y directora) vuelve a las series diarias con 'La Moderna'. Y dice que por fin empieza a gestionar bien la vorágine de esas grabaciones que se suceden un día tras otro y tras otro. "He estado estresada, nerviosa, porque estoy encontrando el personaje. Soy muy de recriminarme, muchas veces pienso que soy la peor, pero ya empiezo a domesticar eso. Quiero dejarlo de lado", se sincera a lo largo de una charla particularmente confesional".
Dejó Galicia para formarse en la escuela de Juan Carlos Corazza en Madrid. A los 18 años apareció en algunos capítulos de 'Al salir de clase', su primera experiencia audiovisual, pese a que encima de los escenarios disfrutaba de más libertad. Pero lo cierto es que se haría hueco destacado en el cine. Le gustan las películas con compromiso social, realistas, donde la cámara la sigue, donde hay margen para la improvisación. Y le cortan las alas aquellos proyectos en los que prima lo técnico y lo estético. Orgullosa de su formación, despojada de ego y miedos, está abierta a aprender de sus compañeros. El largometraje 'Mataharis' la marcó, hasta el punto de 'resetear' su vida. Fue madre y optó por una etapa de trabajo solo en Galicia. Después abrió horizontes. Últimamente nos ha conquistado en la gran pantalla gracias a 'Matria' y 'Los pequeños amores'.
"Este oficio es impagable como válvula de escape y como GPS para buscar nuevos puntos de vista". Lo dice esta actriz malagueña, que ahora recalcula su ruta. En lo personal y lo profesional. Ha regresado a su ciudad natal, de la que se fue siendo jovencita. Y se ha sorprendido con una de las mejores experiencias de su andadura artística gracias a la película 'Un bany propi'. Ha sido este su primer (y tardío) protagonismo en el cine. Sin embargo, ahora lleva meses sin actuar. No quiere que las condiciones actuales de los trabajos le arrebaten un ápice de vocación. Busca la ilusión de los primeros pasos, aquellos que dio en la adolescencia encima del escenario. El teatro irrumpió por entonces en su vida como una revolución en su vida: la alejó de la educación religiosa que conocía e hizo que descubriera el mundo real. Hoy, pese a los sinsabores en su carrera, no quiere jubilarse.
Le recordamos por su labor en la serie 'Alba' y en la película 'Calladita'. En una y otra hacía de chaval adinerado que se creía con derecho a todo. Pero cuando ve que se encamina demasiado hacia un registro concreto, este actor busca pequeños proyectos en los que explorar nuevos territorios. No, no le importa el tamaño de las producciones ni la envergadura de sus personajes: el trabajo llama al trabajo. De sobra lo sabe él, que ya en la infancia estaba ante las cámaras. Y que se benefició del tirón de 'Merlí' pese a tener un papel secundario. Últimamente le hemos visto en el filme 'Libélulas' y la serie 'Sagrada familia'. Conócele mejor en esta entrevista.
Mezcla de intuición e inconsciencia. Eso la llevó a empezar su formación como actriz a los 26 años, tras maravillarse con los actores mientras hacía de auxiliar de cámara en 'Hospital Central'. Por entonces estaba independizada, así que costeó su sueño con empleos de lo más variado. Los escenarios y personajes episódicos para la pequeñapantalla la curtieron antes de que a los 36 saboreara su primer protagonismo en la serie 'El embarcadero'. Y ese logro tardío ha tranquilizado a muchas mujeres. Más adelante vendría su papel destacado para 'Todos mienten', que defendió pese a los crecientes miedos de la edad. Y pese a la autoexigencia. También reconoce que es visceral a la hora de rechazar proyectos laborales que no la convencen. "No quiero pasarlo mal. Es una cuestión de tripas", concluye.
Lamenta que el teatro le parezca caro a la gente en esta sociedad consagrada al gasto. Que el precio le reste protagonismo al valor de las cosas. Lamenta también que se pierda el espíritu colectivo de su oficio, algo que él vivió desde que estudiaba en la RESAD. Tuvo su propia compañía y en ella hacía de todo. Por eso lamenta la raquítica presencia del teatro independiente en la actualidad, al igual que la insoportable falta de oportunidades para la inmensa mayoría de los actores, con el consiguiente desaprovechamiento de talentos ocultos. Pero no todo es desencanto. Con la convicción de que importa más lo que se cuenta que quién lo cuenta, en su faceta de director disfruta ofreciendo historias al público sin necesidad de exponerse tanto. Porque él es poco amigo de la vanidad exaltada. "Imagino que ser una 'star' debe ser horroroso", concluye.
Comenzó mano a mano con su "hermano" Alberto Rodríguez, al que adora... aunque intenta no estrenar el mismo año que él porque dce que el director de 'Modelo 77' arrasa con todos los premios. Amodeo también es sevillano, claro, y prolífico: acaba de montar su séptima película, 'El cielo de los animales', para la que ha juntado nada menos que a Raúl Arévalo, Manolo Solo y Jesús Carroza, genios de pleno derecho que en todos los casos figuran en su agenda de amigos. Agenda de las de antes, de las que se escribían a mano: a estas alturas de la película, el hombre que nos maravilló con 'Las gentiles' sigue sin llevar teléfono móvil en el bolsillo, con el voluntarioso argumento de que, si alguien le quiere localizar, acabará consiguiéndolo. Así le cunde más el tiempo, que buena falta le hace; además de las labores propias de la crianza de dos jóvenes geniecillos en potencia, Santi Amodeo también asume la composición de sus propias bandas sonoras.
Esta artista de Chile no para quieta. Le gusta pasar temporadas en lugares muy distintos. Al principio estaba empeñada en hacer teatro, pero el audiovisual se cruzó pronto en su camino con consecuencias inesperadas. Y es que, entre 2017 y 2019, se convertiría en rostro popularísimo en su país gracias a las telenovelas 'La colombiana' y 'Amar a morir'. Allí también dio allí sus primeros pasos cinematográficos. Hasta que un día decidió crecer profesionalmente y tomó un vuelo que la trajo a España. Hoy la conocemos por su trabajo 'Galgos' (Movistar Plus+), a cuyos episodios llegó tras su breve paso por 'Estoy vivo'. Y para que se hagan idea de su nomadismo: realizó la primera prueba para esa serie desde México. Ahora tiene en su lista de posibles destinos Estados Unidos y Francia.
El físico imponente le convirtió en candidato ideal a meterse en la piel del malo de la película, pero ya ha dicho basta. Se lo ha currado y ahora disfruta del privilegio de poder elegir. Y si no suena el teléfono, siempre está ahí su faceta de creativo publicitario para ayudarle a pagar las facturas. Tras despuntar en Nueva York, hoy admira a los artistas con “sello y alma” propios y disfruta de sentirse parte de una familia cuando hace teatro. Se formó en la Resad y en los últimos años le hemos visto en grandes éxitos audiovisuales como 30 monedas, Zorro, Vergüenza, Cuéntame cómo pasó, Malnazidos o El reino, que le valió una nominación al Goya a mejor actor revelación, pero su vida y su carrera cogieron vuelo en la ciudad de los rascacielos: allí residió durante 14 años cruciales en su recorrido personal y profesional.
Trabajar durante 25 años como comercial en la industria le ha brindado los conocimientos necesarios para promocionarse como actriz. Creó ella misma su página web, su primer 'videobook', un blog de entrevistas y el espacio virtual Mena Talent, pensado como escaparate de talentos procedentes del norte de África y Oriente Medio. Porque ella es marroquí, aunque se define como una "passer": por sus rasgos podría pasar por una mujer madura de este lado del Mediterráneo. Los diversos orígenes de sus antepasados y haber nacido en la cosmopolita Tánger fueron factores decisivos para que hable distintos idiomas. Entre ellos, el dariya, en el que se expresaba su personaje de la serie 'La Unidad', trabajo que la convirtió en la primera actriz magrebí con un premio de la Unión de Actores.
Pertenece a la primera promoción de guionistas salida de la ESCAC. Su senda profesional le ha conducido por el humor desde sus inicios en '7 vidas'. Y muy ligado continuaría a esa serie cuando figuró entre los impulsores de aquel 'spin-off' llamado 'Aída'. Fueron tiempos de echar muchas horas. Trabaja por encargo, aunque aportando sus propias ideas. De hecho, en 2011 escribió y dirigió su película 'No lo llames amor... llámalo X'. En cine ha contribuido a los guiones de 'Fuera de carta', 'Que se mueran los feos', 'Perdiendo el norte', 'Villaviciosa de al lado', 'Perdiendo el este' o 'Mañana es hoy'. Está seguro de que la comedia es lo que mejor refleja la sociedad. E insiste en que el guion no es literatura: todo debe reducirse a acción y diálogos.
En un libro de Mafalda que su padre le regaló a los 18 años encontró la señal: su camino era el de ser actriz. Empezó por el teatro y se resistió a la televisión. Ella no es de trabajo inmediato, sino de dar forma a cada personaje a fuego lento. Por eso ha disfrutado recientemente con su pequeña aportación en la serie 'La Mesías'. Sin embargo, sería el cine el que llevaría lejos su nombre en el oficio, sobre todo gracias a la película 'Te doy mis ojos'. Sigue siendo la única actriz con el Goya en cada una de las categorías: revelación, reparto y protagonista. No le obsesiona en la repercusión de los proyectos en los que participa y pasa olímpicamente del glamur que se ve en las galas de premios. Aun así, siempre le ha acompañado la suerte de poder elegir y vivir su oficio como quiere: contando historias que le apetecen y contándolas junto a gente en la que confía.
Antonio Najarro, Toñín para su familia, fue un niño que prefería el silencio y pasar desapercibido. Hasta que la danza se cruzó en su camino y la timidez desapareció. Con el tiempo, este madrileño del 75 ha convertido su vocación dancística en una cruzada personal: dar visibilidad a la danza española y fusionarla con todas las disciplinas deportivas y artísticas posibles, desde la natación sincronizada al patinaje artístico, la moda o incluso el cine de animación. Su contribución a la danza fue reconocida unos meses atrás con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, pero su imaginación y empuje no descansan: ahora prevé coreografiar la ópera Ainadamar, del compositor Osvaldo Golijov, que convierte la vida de Federico García Lorca en un espectáculo de danza española, flamenco y contemporánea. "La ópera ya se ha estrenado en Glasgow y Detroit, pero me hace mucha ilusión presentarla en el Metropolitan Ópera House de Nueva York: llevar la danza española al corazón de la ópera", revela.
Tan original es este guionista y director que se atrevió con un cortometraje sobre un actor erótico mientras estudiaba en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, en Cuba. Y eso que allí la ponografía está prohibida, así que encontró no pocas dificultades en busca de protagonista. Otra muestra de su originalidad es la esperada serie 'Mariliendre', que pone el foco por primera vez en las amigas de los chicos gais. Estos días sus capítulos están en plena grabación, y él cuenta con el favor de los Javis a través de Suma Content. Ya escribió para ellos en 'Vestidas de azul', que tomaba el relevo de la exitosa 'Veneno'. Y está desarrollando el guion de su primer largo, 'Fame e febre', que nace del trastorno alimenticio que acabó con la vida de su hermana.
Sus proyectos como realizadora o productora son revulsivos para actrices: Un otoño sin Berlín consagró a Irene Escolar hace ya casi una década y la multipremiada 20.000 especies de abejas, a Ane Gabarain. Después de aquel inolvidable otoño berlinés y de la no menos hermosa Nora, en 2020, Lara Izagirre aborda ahora su tercer largo como directora, sobre el deseo imperioso de la maternidad, que ya tiene en la marmita. Aprovecha esta larga charla para hablarnos de muchas otras cosas, además de la aventura apícola. Por ejemplo, de su compromiso con los artistas ("hay que escucharlos no solo con los oídos, sino con todo el cuerpo") o de su fascinación desde la infancia con Héctor Alterio, al que acabaría colocando delante de su objetivo. Lo que se llama cumplir un sueño, con todas las letras.
Estudió Fisioterapia en su Alicante natal, pero enseguida materializó en Madrid su vocación: escribir historias. Le avalan numerosas series, entre ella la adolescente 'Física o química'. Ahí optó por algo inusual: que el noviazgo homosexual entre Fer (el personaje de Javier Calvo) y David (Adrián Rodríguez) fuera claramente el más clásico de todos los vividos en el instituto Zurbarán. Y de guionista ha pasado Ruano a ser productor ejecutivo, así que su labor ya no termina en el papel, sino que su criterio influye en todo el proceso creativo, desde la escritura hasta el montaje. Lo ha experimentado en la serie 'Respira', que va a estrenarse este año. En el terreno del largometraje intervino en la creación de '13 exorcismos'. ¿Su sueño? Rodar su propia película. De momento, ha dirigido cortos con solvencia, como demuestran los premios para 'Tu tijera en mi oreja'.
Comprometida, luchadora, feminista. Así se identifica esta creadora afianzada en el terreno del cortometraje. Mediante su productora, Gessas Producciones, transforma desde hace años sus guiones (y los de otros) en imágenes. Pero no solo: también ha puesto obras de teatro encima de los escenarios. Sus propuestas abordan cuestiones necesitadas de visibilidad, desde la violencia machista al acoso escolar pasando por la diversidad sexual. ¿Su sueño? Debutar en el largometraje, aunque el camino no es fácil. Encantada tanto con escribir como con dirigir actores, no se imagina confiándole la dirección de sus historias a otra persona.
Sus padres se trasladaron de Marruecos a Carabanchel en busca de un futuro mejor. Él aparcó los estudios de Periodismo para crear contenido en las redes sociales. Y gracias a sus vídeos se convirtió en un 'influencer' con 2,9 millones de seguidores en Instagram, 2,3 millones en TikTok y 225.000 en Twitter. Eso sí, nada de frivolidad: él es un tipo comprometido que se burla de los estereotipos y lanza mensajes contra la barbarie que Israel arroja día tras día contra Palestina. Pero antes de llegar tan lejos en esta faceta ya conocía su vocación de actor. Desde la misma infancia. Ha encarnado numerosos papeles de chico árabe envuelto en problemas o dedicado al terrorismo. Hasta que en la película 'El club de los lectores criminales' le tocó su primer personaje español. Recientemente le hemos visto en el éxito de taquilla 'Ocho apellidos moarroquís'. Y su próximo reto es levantar 'Algoritmo', el proyecto audiovisual que ha creado junto a amigos.
Estudió Derecho siguiendo los pasos de su padre, pero desde la juventud estaba metida en compañías de teatro de su Tenerife natal. Contactó como pudo con la productora de 'El Club de la comedia' y pronto se vio en Madrid inventando monólogos para el programa. Ha escrito obras de teatro, series, películas. De su incesante producción de historias hablan las ocho películas que lleva junto a Santiago Segura. Su proyecto más importante ha sido 'De Caperucita a loba en solo seis tíos', un libro que después acumularía temporadas sobre el escenario y que el año pasado llegaba finalmente a los cines en forma de película. En ella, además de autora del guion, hace de protagonista. Porque además es actriz, una faceta que exploró de forma tardía, pero que ahora le apasiona. Quiere dejarle claro a la industria que está disponible para actuar. Y que es capaz de hacerlo lejos de la comedia.
Criada entre cajas y atrezzo, que para eso es hija de quien es –Carlos Hipólito y Mapi Sagaseta, nada menos– debutó en los escenarios con solo 10 años y ahora suma cuatro al frente de Grease. Las tablas adquiridas con este musical fueron decisivas para abrirle las puertas de la gran pantalla: imposible ya olvidarla como la profesora de Campeonex. Acaba de cumplir 22 años, así que lo suyo, aun llevando media vida en el oficio, no ha hecho más que empezar. Pero ella tiene buenos maestros y sabe que las prisas no son una opción válida. “El mejor consejo que me dieron mis padres fue que tuviera paciencia", revela. Esto es una carrera de fondo: puede que un día esté haciendo un protagonista y al mes siguiente, una figuración. No pasa nada: solo quiero permanecer”.
Hace casi de todo este artista que comenzó en la actuación con apenas 13 añitos. Una especie de Ricardo Gómez en versión catalana. Y de ahí, a ser popularísimo gracias a 'Cuéntame cómo pasó'. O a ganarse el reconocimiento de la audiencia con sus personajes en las series 'Benvinguts a la família' y 'Merlí. Sapere Aude'. Pero si algo le ha dado grandes alegrías últimamente, ha sido el teatro: junto a su amigo Marcel Borràs escribe, dirige y actúa en obras con las que ya suman dos premios Max. No anhela dar vida a personajes protagonistas ni posicionarse políticamente aprovechando el altavoz del público. Aunque considera cumplidos sus sueños como actor, echa en falta su eclosión musical. De momento, ya compone y canta.