– En muchas series participó muy poquito….
– Sí, de paso. En 7 vidas, la madre de Javier Cámara que bordó Amparo Baró, en principio, iba a ser un padre: yo. Pero tomaba demasiado tiempo, me cambiaba la vida. Y dejé Policías porque el primer capítulo se grababa en un mes y yo estaba adaptando al teatro Los emigrados. Podría haberme quitado la hipoteca, pero era un rodaje complicado.
– Se evocan con buen sabor incluso sus programas de culto de la tele.
– ¿Los recuerda? Se cerraron programas como El peor programa de la semana, de Wyoming y David Trueba, y Nadie es perfecto, con Antxon Urrusolo, donde fui director de escena. Al quinto programa nos echaron. Soy especialista en coger proyectos que me gustan y relegar los que triunfan [risas]. He tenido cómplices como Santiago Segura, Álex Angulo, Luis Ciges, Pablo Carbonell o César Sarachu, el Bernardo de Cámara Café…
– ¿Cuál es el rodaje más divertido que recuerda?
– El primero, La fuga de Segovia. Era mágico para mí por desconocimiento: el sonido, cada plano, el ritmo… Para alguien autodidacta como yo, en aquel rodaje aprendí un montón. Y el de Matías, juez de línea, en un pueblecito al lado del mar, en Galicia. Fue placentero y divertido, por la convivencia.
– ¿Y alguna situación arriesgada?
– En Acción mutante, Álex de la Iglesia, que es un puñetero, insistía en subirme a un pico de las Bárdenas Reales, en el mismo borde. Me rajé: “¿Y si se desmorona el pico de tierra?”. Me sustituyó alguien del equipo de cámara de complexión similar a la mía. En otra ocasión, también con Álex, había que comerse una anguila. Repetimos tanto que la de la toma que valió estaba cruda, asquerosa. En la serie Cuenta atrás hay una escena de persecución tremenda, a 150 por hora…
– ¿Conserva la mirada de aquel ayudante de dirección de 19 años?
– Sí, eso no lo he perdido. Allá por 2009, estaba Lluís Pascual en Bilbao y cancelé todo para ver cómo dirigía. Muchas veces me interesa más el proceso que el resultado. Además de conocer las buenas pelis de Brando, por ejemplo, pagaría por ver las tomas descartadas, cambios, rectificaciones y matices. Me hace más ilusión trabajar fondos documentales que hacer mi tercer largometraje como director.