– Este año ha presentado en Canal Sur el programa de humor ‘Tiene gracia’. ¿Como presentadora también interpreta?
– No, intento ser yo al cien por cien. Ahora me encuentro en un momento de mi vida que creo en mí. Me digo: no te juzgues más, tú puedes hacerlo. Con mi amigo Asier Etxeandía lo hablo mucho. Me considero artista, no solo actriz ni solo cantante. Tengo compañeros que dicen que jamás presentarán o harán monólogos. Y no es pureza, es puro miedo. No me quiero quedar simplemente con ser actriz. Tengo poca vergüenza, yo me quiero lanzar. Por ejemplo, de presentadora me veo. No del Telediario, eso sí…
– Pues yo creo que el Telediario lo haría usted bien.
– ¡Uy, no! Se me notaría el cabreo o la risa. Este país es para reírse, porque si uno no se ríe le puede dar por ahogar y matar a alguien…
– ¿Sus grandes referentes tienen que ver con el mundo del espectáculo? ¿Quién es su faro, su guía?
– Mi madre, sin ninguna duda. No es famosa, pero si se hubiera dedicado hubiera sido un bombazo. Siempre tiene una fuerza superior… Hoy en día disponemos de más tiempo para ver si estamos bien o mal, para psicólogos y paracetamoles, pero antes no tenías un segundo ni para pensar qué te pasaba. Mi madre es de esa gente que no se para, con sus hijos, sus hermanos, con su gente. Una tía luchadora. Y encima tú la ves y es como una estrella de Hollywood, rubia, se arregla... Entra en un sitio y llama la atención nada más que por la actitud, y nadie sabe por lo que ha pasado esa mujer.
– ¿Y del mundo de la actuación?
– Amo a Asier Etxeandía. Lo veo como un actor muy completo. Ha hecho de todo: cabaret, televisión... Yo lo veo en El intérprete y muero. Ese espectáculo es él, su esencia. Yo quiero hacer también mi propio espectáculo, pero estoy más perdida que el barco del arroz. Porque no sé encontrar el hilo conductor y tengo muchas cosas que decir. Quiero decir cosas que le lleguen de verdad a la gente, con su poco de humor, de cantar… Tengo esa espinita ahí y algún día lo haré.