Raúl Cimas
“No hay un humor manchego”
El gusto por el dibujo le condujo a Bellas Artes, pero siempre se mantuvo cerca de la escena. Y al final dejó una plaza de profesor en su Albacete natal para conocer mundo gracias a la comedia
TOÑO FRAGUAS
@antoniofraguas
Reportaje gráfico: Enrique Cidoncha
Si hay que tirarse al suelo en el Matadero de Madrid, Raúl Cimas (Albacete, 1976) se tira al suelo. Sabe que el guion manda. De formación autodidacta, su escuela fue el teatro juvenil y, sobre todo, el rodaje de La hora chanante. Detecta cierta irascibilidad contra los humoristas y considera que vivimos en tiempos de La jauría humana, ese western en el que la turbamulta quiere linchar a Robert Redford: “Cuando empezamos a hacer humor entraba todo. Entonces la gente estaba tranquila”. Ha hecho cine (Los del túnel, Fenómenos, Extraterrestre, Tapas), series (El Ministerio del Tiempo, Retorno a Lílifor, Museo Coconut), teatro (La extraña pareja, Misterioso asesinato en Manhattan, La vida mata) y publica cómics (Demasiada pasión por lo suyo, Orgullo brutal). Estos días está ilusionado con Tiempo después, la nueva película de su paisano José Luis Cuerda. En ella dará vida a uno de los dos últimos policías municipales sobre la faz de la Tierra. Raúl Cimas, con su leve cojera y su afabilidad, cultiva la disciplina del antihéroe. Es un tipo normal por decisión propia. Y eso es algo fuera de lo común.