El carismático actor estadounidense sucede entre grandes ovaciones a Cate Blanchett, Juliette Binoche y Sigourney Weaver en la categoría internacional y elogia a la ONG Open Arms y a los "cientos de profesionales" que hacen posible la magia del cine
Reportaje gráfico: Quico Mera
Ya había dado mucho que hablar en la víspera, el viernes 7 de febrero, cuando aprovechó la rueda de prensa previa a la ceremonia de los Goya para lanzar severas críticas al nuevo inquilino de la Casa Blanca, pero todo el brillo, carisma y fulgor de uno de los artistas más populares y cotizados de Hollywood se apoderó con toda su intensidad del Palacio de Congresos de Granada a partir de las once de la noche del sábado. Fue desde ese momento cuando su "nuevo mejor amigo" Antonio Banderas se encargó personalmente de hacer entrega a Richard Gere del Goya Internacional, esa categoría que conjuga glamour y sinergias con otras cinematografías y que la Academia instauró a partir de la edición de 2022. Y el protagonista de docenas de títulos ya míticos para la historia del séptimo arte, desde Pretty woman a Chicago, Oficial y caballero o Días del cielo, aprovechó sus minutos frente a los académicos y la audiencia cinéfila mundial para reivindicar a los cientos de profesionales que hacen posible la magia del cine más allá de las grandes estrellas, además de a las organizaciones no gubernamentales que se esfuerzan por lograr un mundo mejor justo cuando el panorámica político en todo el planeta, empezando por Donald Trump, se ha vuelto más autoritario, irrespirable y falto de escrúpulos.
El listón, tras los discursos de agradecimiento pronunciados por sus antecesoras en esta categoría desde su instauración (2022), era bien elevado, pero Gere quiso brillar a la altura de, sucesivamente, Cate Blanchett, Juliette Binoche y Sigourney Weaver. "Siempre me sorprende que los actores nos convirtamos en el centro de atención al hacer películas", subrayó en una intervención no leída y, según confesión propia, en gran parte improvisada. "Nosotros solo hacemos una pequeña parte de todo el proceso. Se necesitan cientos de profesionales para realizar un largometraje, y todos ellos son fundamentales para que podamos contar la historia y lograr que suceda algo realmente maravilloso". Ahí radica el gran valor del cine, desde siempre y más aún ahora: su valor para "contar historias honestas" y propiciar "el entendimiento frente a las fuerzas oscuras" que hoy gobiernan en buena parte del orbe, según insistió, a sus pletóricos 75 años, este ilustrísimo intérprete de Filadelfia.
"Vengo de un lugar en el que pasamos por un momento muy oscuro, donde tenemos por presidente a un matón", insistió. "Pero no está sucediendo esto solo en Estados Unidos, sino en muchas otras partes. Por eso el autoritarismo nos atañe y afecta a todos. Hemos de estar alerta, ser enérgicos y actuar con valentía. Estar dispuestos a ponernos de pie para decir la verdad". Los aplausos arreciaban mientras el icono de la gran pantalla –casado desde mayo de 2018 con la empresaria y activista coruñesa Alejandra Silva– llamaba a buscar sin denuedo "ese lugar en nuestras vidas para la amabilidad primordial, el amor básico, la comprensión y los abrazos mutuos".
El tramo final de la alocución fue aún más intensa, cuando Gere refirió: "Todos buscamos un hogar, pero hay miles de personas que están buscando literalmente un lugar donde cobijarse y comer. Hay ONG españolas de las que pueden estar muy, muy orgullosos, empezando por Open Arms, que ayuda a tanta gente en el Mediterráneo". El galardonado insistió en que la pertenencia a este tipo de movimientos figura entre los motivos de más peso para vivir ahora mismo en España. "Escuchemos al universo con un poco más de atención para que todos los habitantes de este planeta nos comportemos de verdad como hermanas y hermanos".