Luisa Martín
“Los personajes femeninos de esta serie
no se enfrentan por banalidades”
Curtida en series y obras teatrales, Luisa Martín contagia energía dentro y fuera de escena. Subraya lo mucho que le gusta Claudia Miralles, la protagonista de Servir y proteger, un personaje que construye tomando elementos de su propia personalidad. Luisa y Claudia tienen la misma edad y ambas se definen como mujeres muy responsables y disciplinadas en su vida y su profesión. “He hecho una aritmética entre las dos y el experimento está siendo precioso”.
– ¿Qué destacaría de Claudia Miralles?
– Su ecuanimidad, estricta profesionalidad y humanidad. Lo que consiente a los demás no se lo permite a sí misma.
– ¿Jugó con referentes?
– Me hablaron de la británica Happy Valley y de otras series policiales protagonizadas por mujeres. Pero más que de las ficciones, tomo referencias de grandes actrices. Me fijo en cómo están construidos los personajes desde el guion.
– No es su primera policía.
– La que encarné en Gran Reserva estaba más en la línea de aquella de Fargo. Era una policía un tanto surrealista, mientras que en Servir y proteger hablamos de cosas reales, de cosas que le pasan a la gente de verdad.
– Esta producción tiene una marcada presencia femenina.
– Lo interesante de esta serie no es que el protagonismo lo lleven las mujeres, sino que ellas no estén en conflicto entre sí. Eso es lo verdaderamente innovador, porque cuando hay dos mujeres en una serie, se llevan fatal por cuestiones banales.
– ¿Cómo prepara a Claudia, teniendo en cuenta el intenso ritmo de trabajo?
– Soy superordenada. Y nos ha ocurrido una cosa maravillosa a Andrea y a mí: somos como los personajes, tenemos una relación similar a la que mantienen Claudia y Alicia, trabajamos codo con codo durante casi todo el día. Me preparo mi guía emocional, y ella lo hace igual. Llevo señalizadas qué cosas pertenecen a cada trama y capítulo, apunto qué día se graba y a qué hora, siempre estoy poniendo anotaciones en el margen para saber de dónde viene tal o cual reacción... Es como un diario. El personaje va evolucionando y llega un momento en que el actor sabe mucho más sobre él que los guionistas, sin pretender con esto desmerecer su trabajo.
– Le gusta trabajar con libertad controlada porque usted respeta mucho el texto.
– Me gusta ser muy específica en los diálogos. Soy puntillosa. Mi personaje maneja un lenguaje concreto, utiliza latiguillos, no recurre al insulto contra el delincuente… Sustituyendo el taco por un sinónimo aporto mucho más.