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24-09-2013

  
Eduard Fernández acorralado 


Seis actrices ponen al actor catalán contra las cuerdas en la nueva película de Mariano Barroso, ‘Todas las mujeres’

 
EDUARDO VALLEJO
Tras su paso fuera de concurso por la sección oficial del festival de cine de Málaga el pasado abril, Todas las mujeres, la nueva película de Mariano Barroso (Éxtasis, Los lobos de Washington), calienta motores con vistas a su estreno en cines el próximo 18 de octubre. Producida por el canal TNT –que ya emitió una teleserie homónima de seis capítulos en 2010– se trata de una cinta de bajo presupuesto y sin fuegos de artificio, que pone en evidencia al menos un par de cosas: el dinero no es lo fundamental para hacer buen cine (aunque ayude) y este país, aunque siga en la UVI financiera, no anda escaso de ideas (y, mejor aún, de intérpretes).
 
   Los diálogos de Barroso y Alejandro Hernández, bien construidos, son el andamiaje de una interesante historia en la que Eduard Fernández (Smoking room, Alatriste, Pa negre) tiene por fin la ocasión de cargar con el peso de protagonista absoluto de una película. El resultado es un mano a mano del brillante actor barcelonés con media docena de no menos notables actrices.
 
   Fernández, que repite por tercera vez con Barroso, encarna a Nacho, un veterinario con una doble vida que ve cómo los cimientos de su existencia se vienen abajo y que, en mitad del descalabro, emprende una desatinada huida hacia delante. Para salvarse, recurrirá a distintas artimañas con una serie de mujeres que, circulando todas en sentido contrario al del instinto del protagonista, harán que se enfrente a su pasado y, sobre todo, a su presente.
 

Eduard Fernández y Michelle Jenner

Eduard Fernández y Michelle Jenner

 
   Barroso ha dado al actor plena ubicuidad en todas las secuencias de la película y le ha sometido, junto a sus compañeras, a una intensa sesión de primeros planos. “Como si se tratara de un conejillo de Indias”, explica el realizador. Fernández logra que Nacho, eternamente manipulador y embustero, desespere al público tanto como a su entorno femenino. Hace creíble a un singular personaje, un tipo con la tenacidad de Luke Skywalker y la torpeza de Chewbacca…, pero en la piel del vecino de al lado.
 
   Su joven amante Ona, una becaria sin mucho seso que interpreta Michelle Jenner (Los hombres de Paco, Isabel), y su mujer Laura, a la que da vida una sobria Lucía Quintana (Policías, Maitena), serán las primeras en medir sus fuerzas con el miura. Y es que Barroso introduce cierto aire de metáfora torera en la historia de este inseminador de ganado vacuno (sic) que, en una gran faena en solitario, debe lidiar con seis chicas que se lo van a poner muy difícil, llevándolo al terreno donde peor se maneja: el de la franqueza.
 

Lucía Quintana, en otra escena del largometraje

Lucía Quintana, en otra escena del largometraje

 
Vaivén de géneros
Otra de las claves de este largometraje es el vaivén de géneros, con frecuentes transiciones del drama a la comedia y viceversa. En este sentido cabe destacar las intervenciones de la veterana Petra Martínez (La soledad, Herederos) en el papel de la madre y la de Nathalie Poza (Días de fútbol, Hispania) en el de la psicóloga a domicilio, dos actrices forjadas en el teatro independiente, ambas con un don natural para la comedia teñida de ironía.
 
   “Esta película ha constituido un trabajo divertido y muy intenso, por la brevedad del rodaje”, nos detalla Petra Martínez. Y sobre Eduard Fernández anota: “Es como una esponja. Cuando trabajas con un compañero a veces sueltas cosas que no sabes si va a percibir, como quien lanza un sedal al agua. A él no se le escapa nada. Cualquier cosa que le das, la duplica en su respuesta”. Desde que Mateo Gil sacó a Martínez de las tablas y le dio en 1998 aquel memorable papel en su corto Allanamiento de morada (búsquenlo, que no tiene desperdicio), la vemos en la pantalla con una regularidad que se agradece. Lo propio hay que decir de una Nathalie Poza que, sin abandonar su presencia en los escenarios con y sin Animalario, se prodiga cada vez más en cine y televisión.
 

Eduard Fernández, con Marta Larralde y Nathalie Poza en el Festival de Málaga

Eduard Fernández, con Marta Larralde y Nathalie Poza en el Festival de Málaga

 
La familia al completo
Como si de acabar un retrato de familia se tratara, no faltan la exnovia y la cuñada, que completan el equipo de mujeres encargado de diseccionar a Nacho. La primera está interpretada por María Morales (Gordos, Urtáin), con la que Eduard Fernández mantiene un plano-contraplano lleno de intensidad dramática. Para la cuñada, una chica independiente y sin prejuicios, Barroso ha escogido a la viguesa Marta Larralde (Hospital central, Gran Hotel) que mantiene el elevado tono de sus camaradas, esta vez más del lado de la ironía que del drama.
 
   El trabajo de las actrices compone un fresco de la feminidad enfrentada al fantasma, en el sentido más amplio de la palabra, masculino. Eduard Fernández arrasa en este negociado de hombre aturdido por el sexo contrario (recordémoslo en películas tan diametralmente opuestas como En la ciudad y El método) y aquí, de nuevo, borda su personaje. No se pierdan su parlamento a un suegro… transmutado en cojín.
 

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