• La primera página web a la que le echo un vistazo cada día… es Twitter o Instagram.
• El objeto más preciado que tengo por casa… es un cuadro con un corazón de Rebeca Khamlichi. Se titula Hachando raíces.
• Las horas se me pasan volando cuando… me río de absurdeces con mis amigos.
• Una manía que no puedo evitar… es dormir con mi perra Ardilla en la cama.
• No me acuesto sin… apagar la luz.
• Jamás podré olvidar el momento en que… la abuela Dolores se despedió de mí.
• El juguete que me volvía loco de niño… era un conejo gigante de peluche que pasó de hermano a hermano y ahora vive en el altillo del armario.
• Mi primer recuerdo televisivo… se lo debo a una gala en Canal 9. Ximo Rovira se metía en una nevera que daba vueltas y al momento se había convertido en niño. Yo era ese 'mini' Ximo Rovira y presentaba junto a una 'mini' Nuria Roca la programación infantil de la cadena. Lo tengo en un VHS desde los ocho años y jamás saldrá de mi casa....
• La interpretación me ha cambiado… más bien poco. Siempre sentí que era algo que iba conmigo.
• La última vez que un admirador me sorprendió... fue mi amiga Melody. Ella es la que lleva mi club de fans y flipé en colores porque se tatuó en el brazo una mezcla de su nombre y el mío: Victelody.
• Cuando necesito suerte llevo conmigo… una cruz de Caravaca que me regaló mi madre.
• Soy un absoluto desastre... con el móvil, la cartera, las llaves... Con los objetos importantes en general.
• Flipé por la casualidad de… responder "La que se avecina" cuando en una entrevista me preguntaron: "¿En qué serie te gustaría trabajar?". Y es que eso sucedió unos días antes de que me llamaran para el personaje de Alba en esa misma producción.
• La última vez que pasé vergüenza... fue en pleno McDonald's de la calle Montera. Me acerqué a desayunar, y en lugar de darme los buenos días, el dependiente no dudó en decirme bien fuerte: "¡Alba!".
• La app más reciente a la que hice hueco en mi móvil… es Duolingo. “The elephant drinks water”. “I want pasta without cheese”. Me hace sentir muy british. “Do you want a cup of tea?”. ¿Véis? Es un no parar [risas].
• No tengo pelos en la lengua para hablar de… ¿el tiempo que hará mañana? No sé, depende del contexto.
• La gente se parte de risa cuando cuento... lo del ombligo.
• A veces me miran como un bicho raro porque… estuve enganchado al Gran Hermano de Belén Esteban.
• Menudo susto me llevé... durante un ensayo de Física o química. Mientras hacía pruebas con un arma, apreté el gatillo. Resultó que la escopeta estaba cargada y nadie lo sabía. Era de fogueo, pero nos llevamos un sustaco guapo.
• Un personaje histórico con el que me habría tomado un café… Federico García Lorca.
• No me resisto cuando en la carta de un restaurante veo… comida china o pasta.
• Regresaría mil veces a… Los Caños de Meca.
• Quien más se aproxima a mi concepto ideal de belleza… no tiene nada que ver con quien menos se acerca a él.
• Confieso que me bloquea el miedo a… que me dé un corte de digestión por bañarme antes de tiempo.
• Quisiera parecerme a… ¿Pero no han dicho siempre que lo gracioso es no parecerse a nadie?
• Cuando me muera... me gustaría que no doliese.
• Espero ser recordado por... mi trabajo.
Este castellonense de 26 años lleva más de un mes colándose semanalmente en los salones de media España gracias a su desdichada Alba Recio de La que se avecina. Y es que en la novena temporada interpreta al hijo transexual de un pescadero facha (Jordi Sánchez) y un ama de casa católica (Nathalie Seseña), un complicado núcleo familiar del que le cuesta evadirse por la actitud hostil de otros vecinos. Pese a que su engañosa anatomía es aún la de un chico, su aspecto femenino cautiva a Teodoro (Ernesto Sevilla), un pinchadiscos sin oficio ni beneficio recién llegado del pueblo que vive con su hermano Amador (Pablo Chiapella). El empalagoso noviazgo de los tortolitos se convierte en blanco de burlas, sobre todo contra ella, cuya sensibilidad está por las nubes debido a su tratamiento hormonal.
Tampoco era sencilla la relación homosexual que su Lope mantenía con Néstor (Pablo Raya), el dueño de la cafetería Micro Abierto en la serie musical Yo quisiera, obsesionado con no suscitar rumores entre los numerosos estudiantes que acudían a su local. En la convivencia junto a una familia peculiar ya se había curtido de la mano de Con el culo al aire, donde su Dani acababa compartiendo caravana en un camping por la irresponsabilidad de una madre aficionada al alcohol (Goizalde Núñez). Su carácter apocado le restaba atractivo a ojos de las muchachas, algo que no le ocurría a su arrolladora hermana Candela (Hiba Abouk) con los hombres, pero tras ese escaso carisma escondía su ingenio de buscavidas. Y por si la vida no fuese lo suficientemente alocada en esa improvisada morada, se les sumaba la tía Chus (Llum Barrera). En 2011 tuvo la suerte de llegar a la televisión de ámbito estatal con un personaje tan breve como potente, aquel Toño de Física o química, el asesino accidental de Fer (Javier Calvo) cuando pretendía asustar con una escopeta a sus dos enemigos del instituto: Álvaro (Àlex Batllori) y Jon (Álex Hernández).
Para la audiencia valenciana su rostro se hizo conocido tras participar en dos ficciones del extinto Canal 9. Fue el sacristán Nelo en Senyor Retor, la cómica historia de un sacerdote jovencito al que enviaban a una localidad remota en sustitución del viejo párroco, aunque este se aferraba a su cargo. Y en Unió Musical Da Capo puso cara a Raúl, el benjamín de una banda municipal de música en pleno resurgir. En su terreta hizo sus primeras migas con el panorama cinematográfico. Uno de los autores que lo hicieron posible fue Abel Zamora, al frente del cortometraje Conchín se lo traga, algo así como una cantera de actores que terminarían brillando en Madrid. David Matarín, por ejemplo. Después de encadenar otras piezas probó suerte en el largo Dioses y perros, articulado alrededor de por Hugo Silva y Megan Montaner.
Su andadura escénica es fruto de la confianza de Alejandro Melero, autor de las tres obras que ha representado hasta el momento, de entre las cuales sobresale ClímaX! por lo prolongado de su éxito. Son varios los papeles que encarna en esa colección de pequeñas historias sobre el amor, que incluyen desde un chaval enamorado de su mejor amigo hasta dos mujeres decididas a ser madres. Encima del escenario le acompaña José Sospedra, con quien había trabajado frente a las cámaras en Valencia y compañero también en la obra de microteatro Dímelo al oído, cuyo texto les puso en el pellejo de una aburrida pareja gay. La situación les animaba a organizar un trío, no sin antes preguntarse por qué cambió la cosa entre ellos. De abnegado becario en una sucursal bancaria le tocó hacer para Atrapados, donde además de recibir molestos encargos de sus superiores, un buen día debía soportar junto a dos de ellos un secuestro en la cámara acorazada. No los retenía el típico atracador, sino un cliente desesperado por al sufrir un desahucio.
Por Rubén del Palacio