Voz en ON
Un lugar llamado Roberto Pérez Toledo
MIGUEL ÁNGEL OESTE
Uno. A Roberto Pérez Toledo lo quería mucha gente. Era una persona sin máscaras. Y eso no es demasiado frecuente. Hablaba con sinceridad y coherencia, la misma que volcaba en sus películas y cortometrajes. Su cine surgía de una mirada honesta que era su estilo y una manera de estar en el mundo. Un cine con el que trató de romper tabúes, con el que hablaba de las relaciones humanas con curiosidad en el más amplio sentido, para colocar los cuerpos y la identidad en el centro de su mirada.
A Rober, como se le llamaba cariñosamente, también lo valoraban mucho dentro de la industria, o eso se decía, pero curiosamente le costaba demasiado levantar cualquier proyecto. Acaso porque Roberto Pérez Toledo no era muy dado a pompas e imposturas: lo suyo era mostrar la vulnerabilidad de cualquier vida y hacerlo con una mirada desnuda, sin añadidos. No hay conservantes en su cine.
Dos. Desde el 4 de noviembre puede verse en Filmin su película póstuma, Lugares a los que nunca hemos ido, un filme coral que habla desde múltiples perspectivas de la crisis de los cuarenta. Y, como es norma en el cine de este director, sus historias se sustentan en el reparto. Belén Fabra, Francesc Corbera, Pepe Ocio, Verónika Moral, Emilio Buale, Ana Risueño, Sergio Torrico, Miguel Diosdado, Laura Rozalén y Andrés Picazo son los actores y actrices de esta delicada cinta que viene avalada por premios en varios certámenes cinematográficos como el Festival de Málaga o el Festival de cine de Alicante.
Tres. Lugares a los que nunca hemos ido aborda cuestiones de hoy desde situaciones muy reconocibles, como si la vida nos pusiera en nuestro sitio. Desde la apertura (que también será el cierre de la película) con esa pareja de amor de años que se encuentra en una situación inesperada, al director de casting, a la mujer que quiere ser infiel, el de terapia de un grupo de personas que va a abrazarse… De esa debilidad, dudas e incertidumbres de la vida por un lado u otro y de las derrotas una vez transitado ya la mitad de la vida habla la película, que tiene una estructura episódica pero donde lo relevante es ver cómo expone las emociones y sentimientos de esta sociedad cada vez menos humana. Tal vez el cine de Roberto Pérez Toledo apele a la búsqueda de los sueños que tiene cualquier persona. Y esa búsqueda siempre está presente en su forma de mirar, con independencia de la historia que cuente.
Cuatro. La primera vez que supe de Roberto Pérez Toledo fue en 2012 con Seis puntos sobre Emma, que seleccionamos para el Festival de Málaga en Zona Zine, donde ganó las Biznagas de Plata a la Mejor Actriz (Verónica Echegui) y al Mejor Guion. Lo conocí personalmente en la rueda de prensa que moderé. Luego, cuando finalizó, hablamos de su delicada película, pero a Rober le gustaba hablar de otras cosas más que de las suyas propias. Lo acompañaba el periodista Borja Terán. Desde el primer encuentro la relación con él fue cercana, llena de confianza. Algo que se afianzó al año siguiente cuando participó con el largometraje colectivo Al final todos mueren, junto a otros tres directores y con el apadrinamiento de Javier Fesser, y más tarde con Los amigos raros, que fue rodada según el manifiesto #littlesecretfilm, del que surgieron otras interesantes propuestas como Piccolo Grande Amore de Jordi Costa, o Nuestro porno favorito, de Carlo Padial.
Cinco. Con Roberto era fácil comunicarse. Acaso una de las constantes que se manifiesta en su cine es precisamente el problema de las relaciones humanas y un profundo amor por la vida. Su manera de estar en el mundo era el cine y si tenía dificultad para rodar un largometraje se lanzaba a rodar cortos. Vuelco, Los gritones, Rotos, Cupido in love, Sí a todo, Admirador secreto, La peli que vamos a ver, Flechazos, Taras o Antes de la erupción son algunos de los cortos que rodó. Con Antes de la erupción, que ganó un premio en la Semana de Cine de Melilla, donde también se le daba un reconocimiento, fue la última vez que coincidí en persona. Seguimos cruzándonos correos electrónicos por su película Lugares a los que nunca hemos ido.
Seis. Creo que no hay mejor forma de recordar a un creador que regresar a su obra. De ahí que no haya mejor forma que ir a Filmin y ver Lugares a los que nunca hemos ido. En esta película está Roberto y el significado con el que se enfrentaba a la vida. La manera en la que narra la realidad de estos personajes determina nuestra realidad, nuestros deseos, nuestros sueños, nuestros fracasos… y la manera de conocer nuestra identidad, ese lugar a la que por fuerza pertenecemos y que Roberto tan bien supo trasladar en imágenes.
Licenciado en Historia y Comunicación, Miguel Ángel Oeste (Málaga, 1972) es autor de las novelas Bobby Logan (Zut, 2011), Far Leys (Zut, 2014), Arena (Tusquets Editores, 2020), que obtuvo el Premio Memorial Silverio Cañada en 2021, y Vengo de ese miedo (Tusquets Editores, 2022). También le asiste experiencia en el ámbito de la literatura infantil y juvenil con los títulos Carlota quiere leer (Anaya, 2020) y Sofía, la hormiga sin antenas (Anaya, 2022). Forma parte del Comité de Dirección de cine del Festival de Málaga y es director de la Semana de Cine de Melilla.