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Voz en ON 

 Dulce Navidad de película

 MIGUEL ÁNGEL OESTE

Ilustración: Luis Frutos

Uno. Llega la Navidad. El escritor Gilbert Keith Chesterton dio en la diana cuando dijo: “el misterio de la Navidad es, de algún modo, el misterio de Dickens (...) porque fue él quien dedicó buena parte de su genio a describir la felicidad reinventando el significado y sentido de la Navidad tal como la conocemos hoy”. Y uno se pregunta cómo es esa imagen navideña en la actualidad si la idea que tiene de tan singulares fechas viene representada por el cine.

 

Dos. Ho, ho, ho, llega la Navidad. Ese tiempo de paz y buenos sentimientos en el que se convive con los seres queridos. ¿Qué mejor que ver y comentar una película en familia, apretados en el sofá, palomitas y manta? Una película, claro, que retrate el ánimo navideño. Pero ese retrato ha cambiado su enfoque a lo largo de las décadas. Por eso, antes del parón navideño, vamos a regalar (o recuperar) algunos títulos que merecen la pena revisitar por muy conocidos que sean.

 

Tres. Por encima de todos los títulos se eleva uno. Suena la campanilla, o lo que es lo mismo, un ángel ha logrado sus alas. Sí, es la película canónica. La que más veces se ha visto en estas fechas y la que casi todo el mundo quiere imitar: ¡Qué bello es vivir! (Frank Capra, 1946). La historia de un tipo bueno con mala suerte, George Bailey, y la de Clarence, un Ángel que aún no ha conseguido las alas. Una película aparentemente amable, pero imbuida del lado oscuro del concepto navideño que tan bien supo ver Dickens y transmitir Capra. Una película amarga, triste, poderosamente empática y con un final ambiguo, emocionante, sí, pero ¿feliz?


George Bailey quiere abandonar su pueblo, Bedford Falls, algo que jamás logrará, atrapado, condenado a hacer el bien y a combatir al Scrooge de turno, que en la película se llama Mr. Potter. Y es que el bueno de Bailey vira hacia la desesperación y después de la onda expansiva de la Navidad, ¿qué? Así que en las cintas de Navidad predominan personajes con mala suerte, solitarios, soñadores, idealistas... Personajes buenos que se olvidaron que eran buenos y actúan como malos; ángeles y demonios y fantasmas (propios y ajenos), pero también variados/as Santa Claus, brujas, elfos, niños, animales antropomórficos entre una larga lista que encabeza George Bailey, enfundado en James Stewart.

 

Cuatro. A Plácido (Luis García Berlanga, 1960) le sucede algo similar a ¡Qué bello es vivir!, otra película poseía por el ánimo dickensiano. En la aparente humanidad estalla la descarada, dolorosa, hiriente verdad de esta mordaz película en la que se llevaba a un pobre a la mesa el día de Nochebuena. Y por qué no permitir el 24 todo tipo de atropellos y el resto del año ser buenos como propugna el espíritu navideño que tanto brillo saca a la tarjeta de crédito. Sea como fuere, el cine patrio también ha retratado esta festividad desde la defensa del matrimonio y la familia tradicional como en Navidades en junio (Tulio Demichelli, 1960) o La gran familia (Fernando Palacios, 1962); costumbristas, con su dosis crítica, como Un millón en la basura (José María Forqué, 1967); delirantes comedias de barrio como ¡Se armó el Belén! (José Luis Sáenz de Heredia, 1970); o filmes recientes, como El día de la bestia (Álex de la Iglesia, 1995); o Noche de Reyes (Miguel Bardem, 2001), también una comedia disparata.

 

Cinco. Y es que la Navidad no siempre es dulce. Aunque el objetivo de la mayoría de las historias sea mostrar la parte sensible y buena del ser humano, después de un año con tantas historias oscuras o simplemente reales.    

 

           

           

           

           
                                                

Licenciado en Historia y Comunicación, Miguel Ángel Oeste (Málaga, 1972) es autor de las novelas Bobby Logan (Zut, 2011), Far Leys (Zut, 2014), Arena (Tusquets Editores, 2020), que obtuvo el Premio Memorial Silverio Cañada en 2021, y Vengo de ese miedo (Tusquets Editores, 2022). También le asiste experiencia en el ámbito de la literatura infantil y juvenil con los títulos Carlota quiere leer (Anaya, 2020) y Sofía, la hormiga sin antenas   (Anaya, 2022). Forma parte del Comité de Dirección de cine del  Festival  de Málaga y es director de la Semana de Cine de Melilla.                         

            
               
                                
 

   

       

       

       

       
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