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Voz en ON 

 Carlos Saura, un cineasta inagotable

 MIGUEL ÁNGEL OESTE

            

Ilustración: Luis Frutos

Uno. Luis Buñuel afirmaba que “con la imaginación nunca se peca”. Carlos Saura, Goya de Honor 2023, hizo de esta máxima un camino. Lo ha transitado durante más de seis décadas a través de películas y documentales que forman parte de la historia del cine español. Y menos mal que siempre fabuló, porque las primeras intenciones de Saura fueron diseñar motos y coches y hasta soñó con ser un atleta de los 400 metros lisos. Pero finalmente decidió hacernos soñar a través de sus ficciones.

 

Dos. Empezó como fotógrafo pero pronto rodó Los golfos, su ópera prima, ese retrato de unos jóvenes en la España de finales de los cincuenta que compitió en Cannes y que aún hoy resuena con vigor. De hecho, la memoria y la inventiva son fundamentales en el medio centenar de largometrajes que el cineasta ha dirigido. La caza, Peppermint frappé, El jardín de las delicias, Ana y los lobos, Mamá cumple cien años, La prima Angélica, Cría cuervos, Elisa, vida mía, Deprisa, deprisa, Carmen, Bodas de sangre, Io Don Giovanni, Flamenco flamenco, El rey de todo el mundo o Goya en Burdeos son solo algunos ejemplos de sus tres tipos de películas, como él mismo dice. Un cine con los pies en la tierra, otro más creativo y, por último, uno musical, pero todos ellos con Luis Buñuel, Ingmar Bergman y Federico Fellini como máximas influencias y con legendarios productores como Elías Querejeta, Emiliano Piedra o Andrés Vicente Gómez en muchas ocasiones.

 

Tres. Carlos Saura obtuvo tres nominaciones al Óscar y decenas de galardones y distinciones en los Goya, la Berlinale, Cannes, Karlovy Vary o San Sebastián. Pero estos premios y reconocimientos no significan nada o significan demasiado poco frente al poder de la imaginación para estar en el presente y mirar al futuro sin olvidar el pasado. Esa idea es la que palpita en él y en sus ficciones. Porque para Saura, como para los grandes creadores, nunca se termina de aprender, siempre se está caminando y aprendiendo.

 

Cuarto. Carlos Saura seguirá en la senda de la creación hasta el fin. Es un creador nato, alguien a quien le gusta probar cosas nuevas y emprender desafíos, mirar hacia delante. Como él mismo declaró: “No se puede vivir pensando siempre en el pasado. Hay que vivir el presente y el futuro, en el trabajo sobre todo. El pasado está ahí, pero no puede ser obsesivo. Hay que estar por encima. A mí no me interesa nada volver a ver mis trabajos”. Quizás sea el movimiento lo que forma parte de la revelación de cualquier película, de ese misterio que se gesta en cualquier filmación, en las posibilidades de la representación.

 

Cinco. De hecho, solo hace un par de semanas estrenó la pieza teatral Lorca por Saura, protagonizada por la cantante India Martínez. Y solo en un par de días se estrena su documental Las paredes hablan, en el que el propio director también actúa. Y es que, como asevera el propio Saura, “Cuando uno para, está muerto. Tengo la suerte de trabajar en lo que me apasiona, por lo que nunca lo he considerado un trabajo. Soy un afortunado”. Y también lo somos los espectadores de sus obras.

 

Seis. Que la Academia de Cine otorgue a este cineasta, escritor, fotógrafo, dibujante, director de escena y amante de los musicales el Goya de Honor “por su extensa y personalísima aportación creativa a la historia del cine español desde fines de los años 50 hasta hoy mismo” resulta evidente, porque estamos ante uno de los mejores directores de cine no solo español, sino universal; y no solo de hoy, sino de todos los tiempos. Y para ello solo hay que volver a ver su debut, o La caza, o La prima Angélica, filmes de una modernidad que el tiempo se encargará de vindicar.

 

           

           

           
                              
                                                

Licenciado en Historia y Comunicación, Miguel Ángel Oeste (Málaga, 1972) es autor de las novelas Bobby Logan (Zut, 2011), Far Leys (Zut, 2014), Arena (Tusquets Editores, 2020), que obtuvo el Premio Memorial Silverio Cañada en 2021, y Vengo de ese miedo (Tusquets Editores, 2022). También le asiste experiencia en el ámbito de la literatura infantil y juvenil con los títulos Carlota quiere leer (Anaya, 2020) y Sofía, la hormiga sin antenas   (Anaya, 2022). Forma parte del Comité de Dirección de cine del  Festival  de Málaga y es director de la Semana de Cine de Melilla.                         

            
               
                                
 

   

       

       

       

       
       

       

       

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