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Voz en ON 

 Martínez de Pisón, el escritor total a través de cinco películas

 MIGUEL ÁNGEL OESTE

Ilustración: Luis Frutos


Uno. Para Ignacio Martínez de Pisón ir al cine tiene mucho de rito, de perderse en las ficciones de una sala oscura. Un momento único. Una comunión difícil de alcanzar en un ámbito doméstico. Como el autor de Dientes de leche escribió hace unos años: “Es lo más parecido a soñar que podemos hacer estando despiertos: esa oscuridad que nos aísla del mundo, esas luces en movimiento que nos atrapan sin remedio, esa sensación de estar viviendo inmóviles una aventura que escapa a nuestro control". Por ese motivo le hemos preguntado qué películas españolas forman parte de su educación sentimental. Todas las que cita son películas atemporales que sobrevivirán las aristas del tiempo como una composición de Burt Bacharach.

 

 

Dos. Buen conversador, curioso, metódico, generoso, amigo de sus amigos, un escritor sin ego al que todo el mundo que conoce quiere; así este escritor y guionista aragonés que reside en Barcelona desde hace más de 25 años. Algunas de sus novelas han sido adaptadas al cine o la televisión. Su espléndida novela El día de mañana (Seix Barral, 2011) fue convertida en serie por Mariano Barroso y Alejandro Hernández para Movistar+. Seis episodios en los que, a través de la peripecia de Justo Gil, se recrean los convulsos años del tardofranquismo en Barcelona. “Creo que Mariano Barroso y su equipo han hecho un trabajo estupendo. Empezando por el guion, que no era fácil. Mi novela tiene muchas historias y los guionistas [Alejandro Hernández y el propio Barroso] han acertado a escoger solo algunas de ellas”, cuenta el autor de Carreteras secundarias, otra admirable novela de Martínez de Pisón que fue llevaba al cine por Emilio Martínez Lázaro en 1997 y en la que el propio autor participó en el guion. También con Martínez Lázaro coescribió el texto de Las trece rosas (Emilio Martínez Lázaro, 2007) y con Fernando Trueba Chico & Rita (Javier Mariscal, Fernando Trueba, Tono Errando, 2010). En todas estuvo nominado al Goya.

 

Tres. Ignacio Martínez de Pisón es miembro de la Academia de Cine, sus novelas han obtenido los premios literarios más relevantes y es un cinéfilo que sigue asistiendo al cine cada semana, además de estar al día de la ingente producción serial. “El audiovisual español, que tardó en saltar al terreno de juego, está ahora recuperando el tiempo perdido, y lo hace de la mano de excelentes realizadores, que nos transportan, entre otros, a escenarios tan distintos como el noctámbulo Madrid de Ava Gardner, la purulenta Sevilla del siglo XVI, la convulsa Barcelona del tardofranquismo, una hipotética Asturias posnuclear”, cuenta el autor de Castillos de fuego, su reciente novela, una ambiciosa ficción coral a través de personajes inolvidables en el Madrid de 1939-1945, un periodo convulso en el que el autor retrata las cicatrices del tiempo. Una novela de calado político que deja ver también las afinidades de Martínez de Pisón. Por algo, la primera teleserie que le conquistó fue El ala oeste de la Casa Blanca y pondría a los políticos a ver Borgen.

 

Cuatro. Me advierte que cita las películas españolas sin ningún orden. Y es que no se trata de un ranking ni siquiera de sus ficciones favoritas. Más bien de un recorrido sentimental de la sensibilidad del escritor con esas películas. Tiene todo el sentido que una de ellas sea El verdugo, de Luis García Berlanga, una película de 1963 que tiene que ver con parte de lo que le interesa a Martínez de Pisón y que las autoridades españolas catalogaron como “la película más antipatriótica y antiespañola que se hubiera visto jamás". Como el autor de Fin de temporada comenta: “Una película sobre gente corriente que solo trata de salir adelante en la vida y, al mismo tiempo, un testimonio fidedigno de un momento histórico".

 

Cinco. Otra película que forma parte de su vida por otros motivos es Calle Mayor, de Juan Antonio Bardem, cinta de 1956. “Mis padres, cuando eran novios, vieron rodar algunas escenas en la calle Portales de Logroño, así que forma parte de mi vida desde antes incluso de que yo naciera”, explica, para luego nombrar una de las obras maestras de Luis Buñuel, Tristana (1970). “A Buñuel, solo por ser aragonés como yo, lo admiraba antes incluso de haber visto sus películas. Mucho más después de ver películas como esta, que demuestra que el surrealismo y el realismo no están tan lejos como parece”.

 

Seis. El cine, como cualquier expresión, inspira, y para Ignacio Martínez de Pisón Belle Époque (Fernando Trueba, 1992) y El espíritu de la colmena (Víctor Erice, 1973) son dos películas que de un modo u otro han recorrido sus narraciones. “Las primeras historias que escribí las iluminó la maravillosa mirada de Ana Torrent viendo Frankenstein en el cine del pueblo”, confiesa a propósito del film de Erice. Mientras que de Belle Époque, que ganó el Oscar a la película de habla no inglesa, comenta: “Una mezcla de drama y comedia con una dosificación perfecta que he intentado encontrar en algunas de mis novelas”. Y se puede decir que este autor elocuente lo ha conseguido y que nos sigue conmoviendo con un estilo excepcional, igual que esas películas que marcaron de alguna forma su manera de ser y mirar.

           

          

Licenciado en Historia y Comunicación, Miguel Ángel Oeste (Málaga, 1972) es autor de las novelas Bobby Logan (Zut, 2011), Far Leys (Zut, 2014), Arena (Tusquets Editores, 2020), que obtuvo el Premio Memorial Silverio Cañada en 2021, y Vengo de ese miedo (Tusquets Editores, 2022, premio Finestres de narrativa en 2023). También le asiste experiencia en el ámbito de la literatura infantil y juvenil con los títulos Carlota quiere leer (Anaya, 2020) y Sofía, la hormiga sin antenas   (Anaya, 2022). Forma parte del Comité de Dirección de cine del  Festival  de Málaga y es director de la Semana de Cine de Melilla.                         

            
               
                                
 

   

       

       

       

       
       

       

       

       

       

       
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