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#VozEnOn


 

 Las películas de mi vida, con Aroa Moreno

   

MIGUEL ÁNGEL OESTE

     

            

Ilustración: Luis Frutos

 

Uno. Regresamos a esta sección mensual en la que hablamos con un escritor o escritora que nos acerca a las películas españolas que de un modo u otro marcaron la naturaleza de su juventud. Porque la función del drama o de las ficciones se encuentra también en la creación, y es una manera o una oportunidad de enfrentarnos a nosotros mismos. Uno de los mecanismos que más y mejor nos revelan.

 

Dos. Almudena Grandes dijo de la primera novela de Aroa Moreno, La hija del comunista, que era “perfecta”. Con esta ficción sobre el exilio y el desarraigo se dio a conocer y obtuvo el Premio Ojo Crítico en 2017. Una historia ambiciosa narrada con esa humildad que caracteriza a la autora, siempre dispuesta a conversar, a sacar lo positivo de cualquier situación. 


Luego llegó La bajamar, en la que relata la historia de tres generaciones de mujeres vascas para hablar de dolor y violencia, entre otras muchas cuestiones. Si su literatura es emocionante, también lo es hablar con la autora, que el próximo mes saca un libro homenaje a Almudena Grandes ilustrado por Ana Jarén. Un libro que es algo más que una simple biografía, una narración en la que despliega la luminosidad emocional de su literatura.

 

Tres. Como anticipo, le hemos preguntado por aquellas películas que recorrieron su educación sentimental y no es extraño que nos cite Los santos inocentes (Mario Camus, 1984), una película de calado emocional. “Vi esa película en mi habitación, sola, cuando tenía 15 o 16 años. En una televisión con vídeo incorporado que utilizaba mi padre para su trabajo. Esa misma tarde, leí la novela de Miguel Delibes. Yo amo a Paco Rabal por muchas cosas; entre otras, porque me recordaba a mi abuelo, y también por Azarías”, nos confiesa Moreno. 

 

Cuatro. La película de José Luis Cuerda La lengua de las mariposas (1999, es otra de las elecciones de esta escritora. Una película humanista e íntima que refleja en cierto modo sus intereses. Como ella misma nos explica, “muchas veces me ha vuelto la palabra espiritrompa a la memoria, lo que le grita Moncho al maestro, llorando, al final de la película, mientras le tira sin fuerza una piedra. No puedo ver esa escena sin que se me salten las lágrimas. La mirada de ese niño y ese maestro, para mí, contienen mucho de lo que intento explicar a través de mis novelas.” 

 

Cinco. Otra película esencial de la historia del cine, El verdugo (Luis García Berlanga, 1963), es su siguiente elección. Porque, como comenta, “con cuánta inteligencia y arte contó Berlanga la pena de muerte en ese país que también se llamaba España y que era una dictadura. Una tragicomedia perfecta que explora las contradicciones de la sociedad de entonces y que burló a la censura hasta que Franco dijo aquello de que Berlanga era un mal español. Ojalá todos fuéramos tan mal españoles como él. Y conociéramos también este territorio que pisamos”. Una obra maestra de una modernidad que nos desarma como personas y como país. 

 

Seis. Tesis (Alejandro Amenábar, 1996) es otra película que guarda una relación personal con Aroa Moreno, pues se rodó en la facultad de Ciencias de la Información de la UCM y, como nos dice: “yo entré en ese edificio por primera vez en 1999. Alejandro Amenábar representaba el sueño de tantos: que un amante del cine perfectamente desconocido lograra llegar y lograra contar a través de una película experimental, inteligente y renovadora".

 

Siete. Y, claro, no podía falta Pedro Almodóvar, quizá el cineasta contemporáneo más influyente e internacional. Volver (2006) es su elección. “No sé qué tiene, no sé qué es. La Mancha. Las mujeres. Las actrices que hacen de esas mujeres. Muerte, maternidad, soledad. Y porque no se me quita esa versión del tango que hace Estrella Morente y que pone en boca en playback de Penélope Cruz”. Tal vez sea por ser una narración de mujeres con una fuerza y belleza casi perfectas que nos interpela, como sus novelas, como la manera de ser y estar de esta escritora. 

 

            
                            
                        

                  

Licenciado en Historia y Comunicación, Miguel Ángel Oeste (Málaga, 1972) acaba de reeditar en versión revisada Perro negro (antes, Far Leys, 2014), en torno a la figura del malogrado genio del folk británico Nick Drake. Es autor de las novelas Bobby Logan (Zut, 2011),  Arena (Tusquets Editores, 2020), que obtuvo el Premio Memorial Silverio Cañada en 2021, y Vengo de ese miedo (Tusquets Editores, 2022, premio Finestres de narrativa en 2023). También le asiste experiencia en el ámbito de la literatura infantil y juvenil con los títulos Carlota quiere leer (Anaya, 2020) y Sofía, la hormiga sin antenas   (Anaya, 2022). Forma parte del Comité de Dirección de cine del  Festival  de Málaga y es director de la Semana de Cine de Melilla.                         

     

        
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