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El cine y la cultura como bálsamo
MIGUEL ÁNGEL OESTE
Uno. La cultura es alegría. Nos facilita la vida en unos tiempos con tanta niebla. Y la presentación de un evento como la 27 edición del Festival de Cine de Málaga representa esa alegría. El acto del pasado 15 de febrero en la Academia de Cine contó con la apertura, como no podía ser de otro modo, del presidente de la Academia, Fernando Méndez-Leite, que le dio el paso al director del certamen, Juan Antonio Vigar. Este habló de la numerosa participación de producciones audiovisuales, pues se presentaron más de 2.500, de las que 247 han acabado siendo seleccionadas. “Seguimos siendo el festival de referencia del cine español”, presumió el director. Y explicó que hace años se abrazó el cine latinoamericano, un nexo que no ha hecho sino intensificar la apuesta por Málaga del cine español.
Dos. El Festival de Málaga es un lugar útil para la industria, un certamen que busca abrir nuevas vías y difundir el valor singular de las películas que programa. Un panorama rico en miradas y estilos, en el que nos encontramos películas sociales, exploraciones personalísimas, animación, comedia, dramas… y cineastas consagrados y noveles que nos regalan un buen número de historias que seguro admirarán el público.
Tres. Juan Antonio Vigar también quiso destacar el crecimiento en el sector de las producciones dirigidas por mujeres: un 37,9 por ciento este año, frente al 32,7 por ciento del año pasado. Y las películas seleccionadas mantienen ese porcentaje, con un total de 91 cintas dirigidas por mujeres en las diferentes secciones que integran el Festival. Además, del conjunto de producciones el 30 por ciento son óperas primas, lo que indica que el certamen impulsa el nuevo talento.
Cuatro. A partir de ahí, el acto se desarrolló de un modo muy natural y fluido, en el que cada cineasta explicó de qué va su historia. Una mujer que regresa a su pueblo con una escopeta para vengarse del hombre que abusó de ella; la aventura animada de unas niñas que buscan el último huevo de dragón; la vampírica creación de un grupo de música que tiene ecos de Los Planetas; la conflictiva y a la vez sensible relación de una madre y una hija; la adaptación de una novela gráfica de Paco Roca; una peripecia negra de trasfondo social y otras muchas historias que, con seguridad, conmoverán al público. Y es que se trata de una selección muy variada en temáticas y estilos, un cine que puede interesar a un espectro muy amplio y diverso de espectadores.
Cinco. El acto se caracterizó por la fraternidad, la admiración recíproca y el humor. Algo que siempre se agradece. De un modo u otro, el Festival muestra el cine que se está haciendo en este momento con todas las variantes posibles. Pero entre ellas se percibe la vuelta al sentido de los valores primigenios y esenciales, de lo rural, de parar en un mundo demasiado rápido, el papel de la mujer como representación y su función en la vida como relectura de modos de aprendizaje. Además, no podemos olvidar los homenajes. Este año se reconocen las figuras de los intérpretes Javier Cámara y Lola Herrera, de los cineastas Marcelo Piñeyro y Pilar Palomero, y de la diseñadora artística y de vestuario Ana Alvargonzález.
Seis. Y sí, ya solo quedan un par de días para que arranque el certamen, que se desarrollará del 1 al 10 marzo. Una manera de compartir la pasión por el cine de un modo entusiasta. De acercarse a los protagonistas y de vivir con esa alegría desprejuiciada un evento tan emocionante que convierte cualquier realidad en algo posible.
Licenciado en Historia y Comunicación, Miguel Ángel Oeste (Málaga, 1972) acaba de reeditar en versión revisada Perro negro (antes, Far Leys, 2014), en torno a la figura del malogrado genio del folk británico Nick Drake. Es autor de las novelas Bobby Logan (Zut, 2011), Arena (Tusquets Editores, 2020), que obtuvo el Premio Memorial Silverio Cañada en 2021, y Vengo de ese miedo (Tusquets Editores, 2022, premio Finestres de narrativa en 2023). También le asiste experiencia en el ámbito de la literatura infantil y juvenil con los títulos Carlota quiere leer (Anaya, 2020) y Sofía, la hormiga sin antenas (Anaya, 2022). Forma parte del Comité de Dirección de cine del Festival de Málaga y es director de la Semana de Cine de Melilla.